TRIBUNA ABIERTA
Otra política presupuestaria es posible. Presupuesto en base cero
La presión fiscal en España se ha situado en máximos históricos en 2022
Patricio Terry Esquivias
Estamos a las puertas de unas elecciones generales y las encuestas vaticinan un eventual cambio de gobierno. Sea como fuere el gobierno que salga de las mismas se va a ver abocado a tomar decisiones en materia económica y, en particular, en materia presupuestaria de ... carácter restrictivo. Bruselas ya lo ha traslado formalmente al gobierno de España.
Los datos objetivos son preocupantes, la deuda pública no ha dejado de crecer en los últimos años. De acuerdo con la información facilitada por el Instituto Nacional de Estadística, en abril de 2023, la deuda pública alcanzo la cifra de 1.526.423 millones, esto es el 112,92% del PIB, si bien se redujo ligeramente respecto a marzo. Si comparamos, continua el INE, la deuda en España en el primer trimestre de 2023 con la del mismo trimestre de 2022 vemos que la deuda anual se ha incrementado en 81.446 millones de euros.
En cuanto a la evolución del déficit público, los datos no son más esperanzadores. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, (Airef), en una reciente rueda de prensa, mantiene sus dudas en torno a la senda de consolidación fiscal trazada por el Ejecutivo y deja intacta su estimación de déficit para este año en el 4,1%, dos décimas por encima de la tasa fijada por el gobierno. En el medio plazo, la sostenibilidad de las finanzas públicas siguen «en una situación de vulnerabilidad», ya que en los próximos años las administraciones públicas tendrán que financiar «elevadas» cantidades de deuda, en torno al 20% del PIB, a unos tipos de interés «significativamente más altos».
Esta situación se mantiene en un contexto en el que la presión fiscal en España ha alcanzado máximos históricos. El Instituto de Estudios Económicos (IEE) ha publicado el Informe sobre competitividad fiscal 2022. Según el informe, España se sitúa en la posición 34 de los 38 países analizados de acuerdo con el índice de competitividad fiscal (dos puestos por debajo de 2021). El IEE considera que el incremento de la recaudación tributaria debería basarse en un incremento de las bases imponibles y la lucha contra el fraude fiscal, y no en subidas de impuestos que alcancen récords de recaudación y presión fiscal por encima de la media en la UE.
La presión fiscal en España (ingresos tributarios/PIB) se ha situado en máximos históricos en 2022, superando el 42% del PIB y, por lo tanto, por encima del promedio de la UE (41,7% con datos de 2021 que son los últimos disponibles). El informe estima que la presión fiscal subirá en 2023 hasta el 42,3% del PIB debido a la introducción de nuevos tributos o la reforma de los existentes. Según el informe, estas subidas de impuestos tienden a prolongar las crisis y ralentizan la vuelta al crecimiento y la senda de reducción de la deuda pública.
En este contexto, se somete a la consideración de nuestros gobernantes, explorar otras fórmulas de política presupuestaria que proponían los estudiosos de la Hacienda Pública. En concreto, el Presupuesto en Base Cero como herramienta de mejora en la gestión de las finanzas públicas, frente a la técnica actual, netamente incrementalista. En la actualidad las partidas presupuestarias que se contienen los Presupuestos Generales, se elaboraran, cada año, a partir de la cifra del año anterior. En definitiva, como señalan los profesores José Antonio Martínez Álvarez y Mª Dolores García Martos «es un presupuesto que se basa en el pasado y está centrado en las cifras, no en la gestión». Esta fórmula, continúan «presupone que los gastos se han realizado de forma óptima y eficaz, en cuanto a costes y que se programan para ser igualmente eficaces a lo largo del año presupuestario. Nada más lejos de la realidad: porque se pueden prorrogar actividades innecesarias que producen más gasto». En resumen, presupuestos inflacionistas, duplicidad de gastos al no existir una evaluación sobre los mismos, mantenimiento de actividades o programas de gastos innecesarios ya que el gestor no cuestiona la continuidad de las mismas.
Frente a este modelo, el Presupuesto en Base Cero realiza una reevaluación periódica de todos los programas, de todos las componentes del gasto, partiendo de cero. Se realiza un examen de los resultados obtenidos con cada programa y sí no se cumplen los objetivos previstos, se elimina de cara al próximo ejercicio. O, por el contrario, si ya se ha cubierto la necesidad con el gasto realizado, no resulta necesario incluirlo en el futuro. En definitiva, se introduce la exigencia del análisis de los resultados en términos de eficacia y eficiencia en el gasto en general, y en público en particular.
Es una fórmula que se ha reconocido como muy eficaz en entornos, como los que se avecinan, de restricción presupuestaria. Y no es nueva, ya se desarrolló con éxito en los EEUU, tanto en empresas como en Administraciones Públicas, en la década de los 70 del siglo pasado.
Aquí, en España se introdujo como instrumento de gestión presupuestaria en la Comisión para la Reforma dela Administración(CORA), en el año 2018, pero finalmente no se puso en marcha.
Se trata al fin y a la postre de suscitar en nuestros gobernantes, la necesidad de gestionar con absoluto rigor, con sobriedad los gastos públicos. Y este puede ser un buen instrumento.
Inspector de Hacienda del Estado
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