La Alberca
El Papa emigrante
León XIV es la desembocadura de muchos pueblos y su nombre es un mensaje en favor de la Doctrina Social

Los orígenes de Prevost son una señal del rumbo que quiere tomar la Iglesia. Su padre tenía ascendencia francesa e italiana. Su madre, a quien debe el nuevo Papa su primer vínculo con la fe, era de procedencia española. Ambos eran profesores en Chicago, donde ... se habían asentado sus respectivas familias. Y una vez ordenado como agustino, Robert Francis Prevost Martínez eligió las misiones en Perú, país en el que ha desarrollado la mayor parte de su vida pastoral y del que ostenta la nacionalidad. El padre Eduardo Martín Clemens, natural de Morón y actual párroco de Santa Cruz, además de delegado diocesano de Misiones en Sevilla, lo tuvo a su cargo como jefe estudios en el seminario de Trujillo. Cualquiera que conozca un poco la sensibilidad de Martín Clemens puede hacerse una idea de la de Prevost, un hombre forjado en una orden eremita que tiene en su mezcla de sangres una suerte de grial de la concordia. Pero si su biografía no bastase para entender que el Papa va a seguir apostando por la idea de la Iglesia en salida, periférica, conciliadora, aperturista y renovadora, el nombre elegido para su Pontificado resuelve cualquier duda. Su intención es continuar la labor de León XIII, el Santo Padre que promulgó la encíclica 'Rerum novarum', una revolución evangélica que desembocó en el Concilio Vaticano II de Juan XXIII y que todos los historiadores de la Iglesia señalan como el embrión de la Doctrina Social. Además, León XIV ha recuperado en su primera salida al balcón de San Pedro los hábitos de los que se despojó Francisco para dar un primer mensaje de personalidad propia. Es la Iglesia la que continúa un camino claro hacia los avances sociales, la diversidad cultural y racial, la incesante lucha contra la pobreza y la oposición a toda clase de abusos totalitarios. Y Prevost lo hará con su identidad, con sus formas y con sus convicciones propias.
Lo que deben aprender algunos de una vez es que la Iglesia Católica no forma parte de ninguna corriente política, sino al contrario, son las facciones ideológicas las que van detrás de ella. La obligación del Vaticano ha sido siempre adaptar el mensaje de Jesucristo a las nuevas realidades. Unas veces lo ha hecho con más lentitud y otras con más rapidez. Pero es la única institución del mundo que ha pedido perdón por sus errores, pecados y delitos. Y ahora sienta en el trono de Pedro a un hombre con las manos encalladas de ayudar a los pobres en lugares muy subdesarrollados. Prevost es, en primera persona, la demostración de que se puede prosperar desde las fatigas y sin renunciar a ellas. Es la desembocadura de muchos pueblos, el paradigma de eso que llaman sueño americano y que en realidad debería denominarse sueño cristiano. Martín Clemens, su director en el seminario de Trujillo años atrás, se dirige a las imágenes a las que profesa más devoción con una frase que también sirve para Prevost: «Más que tú, solo Dios». Recemos para que León XIV pueda cargar con esa responsabilidad con la humildad del emigrante de Nazaret, que fue el fundador del progreso.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete