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tribuna abierta

Diez años sin doña Cayetana

Hace ahora diez años que Sevilla perdió a una de sus grandes anfitrionas, probablemente su principal embajadora, aquella que hizo bandera por el mundo entero de la ciudad a la que amaba

Pablo Borrallo

MAÑANA se cumplen diez años del fallecimiento de una de las personalidades más preclaras y conspicuas que haya conocido Sevilla en el siglo XX: María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y de Silva. La popular duquesa de Alba para los españoles, en Sevilla, sin ... embargo, era simplemente doña Cayetana. Albergando más títulos nobiliarios que nadie, entre otros el ser catorce veces Grande de España, se ufanaba por encima de todos del título de «sevillana». Su gran pasión era Sevilla, ciudad que amaba hasta el extremo, ciudad que le robó el corazón para siempre. Soñaba con la Giralda aun sin correr por su sangre las aguas del Guadalquivir. En Sevilla, la insigne noble llegó a entender la verdadera libertad, aquí era ella. Se convirtió en un auténtico verso suelto que, a su aire y por libre, entonando sin desentonar dentro de las refinadas formas sociales, antepuso su personalidad a la alcurnia más solemne de sus apellidos. Una mujer que lo fio todo a Sevilla, su amor primero y último, el alfa y omega de su existencia. A Sevilla entregó su alma, vida y corazón, implicándose en destacadas obras sociales y solidarias.

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