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puntadas sin hilo

¡Qúe escándalo, aquí se juega!

¿De verdad sus seguidores pensaban que la campaña de Alvise Pérez se financiaba con sus ahorrillos y aportaciones filantrópicas?

Manuel Contreras

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Se me antoja que la rasgadura colectiva de vestiduras tras destaparse los ingresos atípicos de Alvise Pérez es uno de los más solemnes ejercicios de hipocresía social de los últimos años. La estupefacción del personal con los tejemanejes del último outsider de la política española ... solo es comparable a la del capitán Renault cuando se ve obligado a cerrar el Casablanca por orden de los nazis. ¡Qué escándalo, he descubierto que aquí se juega!, decía el oficial en la célebre escena, mientras un camarero le entregaba los beneficios de sus apuestas. ¡Qué escándalo, he descubierto que aquí se roba!, dirán ahora los seguidores de Alvise en las últimas elecciones europeas mientras disimulan en el bolsillo el sobre con su voto. ¿Qué esperaban de un tipo que ha ido rebotado de partido en partido, saliendo siempre por la puerta de atrás? ¿De verdad sus seguidores pensaban que la finalidad del chiringuito político era derrumbar a los corruptos y regenerar la democracia europea? ¿Alguien creía que su campaña electoral se financiaba con los ahorrillos de Alvise y la generosidad de un puñado de filántropos? Resulta entrañable que aún quede una parte considerable de ciudadanos convencida de que hay tipos que crean un partido por mero altruismo, almas puras que actúan animadas por su compromiso con unos ideales. Desengáñense de una vez: la política es la lucha por el poder, nada más. Poder dentro del propio partido y poder en las instituciones públicas. Esta pugna es la que mueve el sistema, todo lo demás es coreografía al son de la música que mejor suene en cada momento.

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