Un elefante en la habitación del PSOE

Seis años después las tornas han cambiado y es Díaz quien bebe la hiel de la derrota, relegada a un papel secundario en el PSOE. La defenestración de la expresidenta difiere de la de Sánchez en que la decidieron las urnas en lugar de la dirección del partido. Pero al igual que le ocurría en 2016 al hoy presidente del Gobierno, su caída le ha llevado al punto más bajo de su carrera. Y desde las catacumbas ha optado por imitar a su rival, emprendiendo un largo y laborioso camino hacia la resurrección política. Es decir, Susana le está haciendo un 'pedro sánchez' a Pedro Sánchez. Ahí va, recorriendo Andalucía con su coche para protagonizar actos de apoyo a alcaldables socialistas que acaban siendo actos de apoyo a sí misma.

¿Está Díaz orquestando una conspiración contra Juan Espadas? No, al menos por ahora. Está renovando sus apoyos y lanzando el mensaje de que no se ha jubilado, que no es poca cosa. Quiere que se visualice que puede estar derrotada, pero no muerta. Exiliada en el retiro dorado del Senado, la expresidenta tiene solo dos vías para hacerse notar: la presencia mediática y los actos públicos. Y se está trabajando ambos caminos con una presencia creciente en las tertulias televisivas y esta especie de campaña paralela de las municipales al margen de la dirección del partido. Demasiado protagonismo para una 'outsider' sin sitio en la férrea nomenclatura sanchista.

Susana Díaz es ahora mismo el elefante en la habitación del PSOE andaluz, esa presencia evidente que nadie quiere mencionar pero que todos perciben y que genera una tensión latente en el entorno de Espadas. Hoy por hoy no representa una amenaza, pero ya se sabe que los paquidermos se mueven despacio. Y nadie duda de que cuando llegue el momento oportuno, el elefante bramará.