TAL VEZ FELICES
Cultura del agobio
Las Big Four ofrecen a los jóvenes una promesa de éxito y posicionamiento social precario
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Iniciar sesiónUna redada a las Big Four para comprobar el cumplimiento de los contratos de sus trabajadores ha puesto sobre la palestra dos graves problemas. Primero, que allí hay jóvenes saliendo a deshoras, algunos amigos y conocidos que sufren jornadas muy superiores a las que estipula ... su contrato. Y algunos, también, no tan jóvenes. Dicen convencidos que eso es el principio. La fórmula para ascender. Y de ahí se destila el segundo conflicto: muchos terminan sus carreras universitarias para comenzar a habitar en la cultura del agobio. Y presumen de ello, de jueves a jueves, en lo que se conoce como el 'afterwork'; la cervecita de después del trabajo, que en los espacios globalizados a todo se pone nombre. Mientras más asfixia, mayor motivo para el ego.
Lo que a corto plazo ofrecen estas empresas son dos ideas: una promesa de éxito profesional y, sobre todo, posicionamiento social instantáneo, aunque precario. A jornada más leonina, mayores argumentos para presumir entre los amigos: «Pues yo salí a las once tres días seguidos. No paro», dicen algunos ajustándose el nudo de la corbata. Vanagloriándose a resoplidos, con fatiga. Entonces se produce, en ciertos casos, un extraño abuso consentido y gozoso por el que brindar. Se ha aceptado que eso es así. Y entrar en una de estas grandes consultoras, desde luego, otorga al susodicho el apellido de crack como punto de partida. Si encima abre y cierra cada día la puerta de la oficina, asciende a la categoría de perfecto agobiado dentro de esta cultura que premia con promesas las ojeras.
Ninguno, por supuesto, quiere que en estas líneas aparezca su nombre. Pero me aseguran que estas semanas en las que los clientes enviaron hace poco los cierres de cuentas anuales, de media, abandonan su puesto de trabajo unas tres horas más tarde de lo que deberían. Tienen que llegar. Son leones, dicen, aunque todavía hayan de conformarse con pertenecer a la cola, cerca del área umbría por la que la fiera expulsa lo que le sobra en el estómago.
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