tratos y contratos
Universidad bunkerizada
Para el rector de la UPO esta dimisión debería servir de aviso
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Iniciar sesiónComprendo bien a Vicente Martín. El cofundador de Grupo MAS –un campeón regional de los supermercados– ha decidido dimitir del cargo de presidente del Consejo Social de la Pablo de Olavide (UPO) un año y medio después de su nombramiento. Tal organismo está diseñado –entre ... otros cometidos– para que la universidad tenga una conexión directa con la sociedad que le rodea y se impulse así la colaboración con el entorno económico. Si al frente del mismo se sitúa a un empresario de prestigio, éste tiene la obligación de utilizar toda su experiencia e influencia para lograr este objetivo, y tratar de rodearse, para ello, de un equipo de su confianza. Si no se dan esas condiciones, y además el presupuesto del consejo está ya comprometido y reducido a la más mínima expresión desde hace demasiados años, el papel del presidente se reduce al de un simple 'florero'. Y para figurar, mejor dedicarse a otros cometidos.
Dicho esto, el liderazgo que define a los emprendedores de éxito –hombres y mujeres que han construido sus proyectos con acción, agilidad e intuición– suele tener en general un muy difícil encaje en el sector público. La administración tiene sus propias reglas y sus tiempos, y los buenos gestores públicos son especialistas en cambiar inercias, con gran paciencia y tenacidad, que solo dan su fruto a medio y largo plazo. Implementar cambios radicales en un sistema burocrático es prácticamente imposible. La UPO ha conferido al Consejo Social un peso inferior al de otras universidades, pero aunque las circunstancias para este organismo fueran más favorables, ningún presidente podrá imprimir jamás en el mismo los métodos y sistemas propios del sector privado. El derecho administrativo es inexorable. Así que esta experiencia ha servido para constatar la distancia entre dos mundos, en vez de servir de punto de encuentro entre ambos.
Para el rector de esta universidad sevillana, Francisco Oliva, esta dimisión debería servir de aviso. La UPO no debe proyectar la imagen de una institución bunkerizada. Como presidente de la Asociación de Universidades de Andalucía, Oliva ya encabezó una oposición contra la implantación y el desarrollo de nuevas universidades privadas en la región, tratando de descalificar sin argumentos la calidad de los nuevos centros por un claro temor a la competencia. Una postura ideológica que respaldaron después el presidente Pedro Sánchez y María Jesús Montero, cuando se dedicaron a atacar los nuevos centros con los clichés intervencionistas de la izquierda (tan temerosa siempre del libre criterio de los ciudadanos). Los rectores no están para ejercer labores de oposición política ni confundirse con ideologías ni directrices partidistas. El perfil del futuro presidente del consejo social (que debe ser elegido por la Junta de Andalucía), y el margen de maniobra que tenga para cumplir su labor, demostrará si existe un mínimo propósito de enmienda.
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