tratos y contratos
Doña Úrsula, a su casa viene
La línea del metro arrancó con fondos de la UE. Cada vez nos acordamos menos de quienes han invertido más de 47.000 millones en Andalucía desde 1989
EL inicio oficial de las obras del nuevo tramo del metro estuvo marcado por un 'excepcional' clima institucional, donde volaron los reproches y los dardos dialécticos entre la ministra, el alcalde y el presidente autonómico. Se trató del típico acto en el que las distintas ... administraciones públicas pugnan entre ellas para obligar a que el votante averigüe quién le quiere más, si 'papá Estado socialista' o 'mamá Junta popular'... Uno de esos días en los que nadie se acuerda convenientemente del papel de doña Úrsula y compañía.
Analicemos una cuestión: ¿Quién paga realmente la nueva línea del metro hispalense? El liderazgo político de esta iniciativa parte de la Consejería de Fomento en tiempos de Marifrán Carazo, pero la financiación inicial se obtuvo de los denominados fondos FEDER de la Unión Europea. Sin esa ayuda comunitaria habría sido imposible activar esta infraestructura, vital para Sevilla, que requería a su vez el apoyo del Gobierno de España (que financia el 50%).
Se cumplen cuarenta años del tratado de adhesión de España a la entonces llamada Comunidad Europea. En los últimos tiempos, los políticos populistas se han acostumbrado a lapidar a la UE (que sin duda tiene enormes defectos), pero se olvidan del bien que ha hecho en esta tierra a lo largo de décadas. La obra del metro es solo un proyecto más de los múltiples que ha respaldado en Andalucía, la región más beneficiada con diferencia por los fondos de cohesión de todo el viejo continente, con más de ¡47.000 millones de euros! desde 1989. Una inyección económica que sin duda ha servido para transformar esta tierra.
Y el último beneficio que la UE le hace a esta región se oficializa a finales de este mes. Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión, pondrá en la Cartuja la primera piedra del edificio del Centro Común de Investigación (JRC), un edificio de arquitectura vanguardista frente a Torre Sevilla que acogerá la sede de un organismo del que dependen más de 400 investigadores internacionales. El JRC –que analiza el impacto de las políticas económicas de la UE– ya llevaba más de dos décadas en la capital andaluza, ocupando unas oficinas de alquiler en el Edificio Expo. Que, en un tiempo de reducción de los presupuestos comunitarios, el equipo de este centro –con Mikel Landabaso a la cabeza– haya logrado impulsar esta inversión en Sevilla es loable. Este inmueble tendrá además un valor simbólico porque ocupa una de las últimas parcelas libres del recinto de la antigua Exposición Universal.
No está muy de moda en estos tiempos valorar la huella de la UE en nuestra vida cotidiana. En este mes de junio, pese a todo, a doña Úrsula en Sevilla se le puede decir aquello de que a su casa viene.
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