tratos y contratos
Las cifras ignoradas de la inmigración
Desde 2019 cuatro de cada diez nuevos puestos de trabajo creados en Andalucía lo ocupan personas que no han nacido en España
La política del esperpento –el tratamiento de cualquier problema bajo el prisma de una manipulación ideológica que convierte todo en algo grotesco y absurdo– entorpece el análisis sensato de lo que ocurre diariamente en nuestro país. Estamos hartos de las declaraciones gruesas y simplistas sobre ... inmigración, de las proclamas buenistas de los populistas que prohíben las estadísticas para ocultar su impacto real en determinados barrios; y de las invectivas sin matices del bando opuesto, que ponen a todos bajo la misma etiqueta.
Pero la vida es aquello que sucede mientras en el Parlamento se disparan con balas de fogueo. Los últimos datos sobre inmigración muestran que se está operando un fenómeno que tendrá una notable incidencia en la sociedad andaluza. Según el análisis que han realizado los economistas Miguel Ángel García Díaz y Fernando Pinto Hernández para la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), Andalucía ha sido el segundo territorio en intensidad en el crecimiento de la ocupación en España desde 2019 (casi un 12%). ¿Quién está detrás de este salto adelante en el mercado laboral? Tanto el aumento de la población activa como el de la ocupación tienen un claro protagonista: la población inmigrante, que crece notablemente en relación con etapas anteriores (mientras que la española envejece y registra niveles mínimos de natalidad).
En Andalucía casi cuatro de cada diez nuevos empleos los desempeña una persona que no ha nacido en España, y el peso de este colectivo en la población activa ha pasado del 10% a más del 13% en apenas cinco años. Aunque el porcentaje está aún lejos de comunidades como Madrid o Islas Baleares –donde roza el 30%– la tendencia es muy nítida y continuará en los próximos años. Esa es la realidad: Andalucía necesita intensivamente a trabajadores que proceden de fuera de nuestras fronteras para mantener el crecimiento económico, las estadísticas no engañan.
Tales son las cifras de lo ocurrido en los últimos años. Ante la simple exposición de los datos de esta serie histórica, es más inexplicable que no se hable más de inmigración, y sobre todo con más seriedad y rigor por parte de todos. ¿De qué países vienen? ¿Con qué formación? ¿Con qué necesidades? ¿En qué sectores hacen más falta? ¿Cómo se puede mejorar la relación entre los empleadores y los países de origen? ¿Qué problemas sociales pueden generar? ¿Cuál debe ser la política de integración? Porque mientras sigan los debates del esperpento, las proclamas grotescas, las pinturas buenistas, los retratos apocalípticos… mes a mes, año a año, la vida seguirá siendo aquello que sucede realmente y queda reflejado, tan adusta y llanamente, en series estadísticas absurdamente ignoradas.
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