No ni ná
La fábrica de baches
Los baches son públicos y dicen mucho de los gobiernos a los que representan
Al igual que el sueño de la razón produce monstruos, el sueño profundo de las administración genera baches. Así ocurre con la A-49, la autovía Sevilla-Huelva-Portugal, convertida en otro icono de la gestión del Ministerio de Transportes. Sus baches tienen vocación abisal ... porque el abandono de la carretera, salvo retoques de maquillaje, va más allá del problema superficial y afecta al firme. La autovía es una metáfora de la degradación a la que se llega cuando no se atienden los problemas, te alejas de las necesidades reales, se desvían fondos a otros intereses y encima culpas al destino –llámese temporales–, de tu incompetencia. Es lo mismo que explica los retrasos de los AVE a Andalucía o el gran apagón. No se ha invertido lo necesario en la renovación, ampliación o mejora de las grandes infraestructuras durante años y ahora sufrimos las consecuencias.
El caso de la A-49 es representativo. Desde su construcción en 1990 esta vía soporta un tráfico que crece de forma inversamente proporcional a la atención que el Estado le presta. Hoy la autovía presenta en casi todo su trazado un estado lamentable, por lo que la DGT ha reducido la velocidad máxima a 100 y 80 kilómetros hora de forma permanente. Esta vía, con 100.000 vehículos al día está ligada a los tránsitos locales del Aljarafe y el Condado y es fundamental para la logística y sectores como el turismo de Huelva y parte del itinerario europeo E-1, aunque se asemeje a una carretera de un país en vías de desarrollo.
Aunque en 2016 se aprobó la ampliación de su tercer carril en la provincia de Sevilla, esta mejora se ha pospuesto por todos los Gobiernos. Entre las prioridades del actual nunca estuvo ese tercer carril que reivindican los municipios afectados. Alega el Ejecutivo de forma asombrosa que no hay un incremento del tráfico. Curiosamente el Ministerio de Óscar Puente ha comenzado a tramitar el tercer carril desde Huelva sin atender al proyecto que presupuestariamente estaba vivo, cumpliendo así una de las máximas de la cartera, buscar la forma de no hacer lo necesario. Así, seguimos sin tercer carril y con la carretera impracticable, a la espera de un proyecto integral que no entra en el birlibirloque presupuestario de María Jesús Montero. Y esta vez no se trata de una discriminación a Andalucía. En Cataluña o Galicia hay autopistas en las mismas circunstancias. Sánchez ha igualado a España por los baches.
Los baches son públicos y dicen mucho de los gobiernos. Tome nota la Junta de Juanma Moreno: la A-483, Almonte-Matalascañas, es de su competencia y está en peor estado que la A-49. Su desdoblamiento desde Almonte a El Rocío se prometió en 2018 y sigue en proyecto, a pesar de ser la vía onubense con mayor siniestralidad. No está mejor la A-494... La mejor forma de confrontar con el Gobierno es hacerlo mejor. A ver quién rompe este lamentable empate.
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