No NI Ná
Alcaldes centenarios
No extraña que falten versos sueltos en los Ayuntamientos, que haya menos alcaldes incorregibles y carismáticos
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Iniciar sesiónGracias al homenaje de la Diputación de Almería al alcalde de Chercos hemos sabido que esa localidad tiene un regidor centenario al que sus vecinos llaman el alcalde Pepe. La dedicación de José Antonio Torres a su pueblo, cuya corporación preside desde 1995, es encomiable, ... porque si hay que tener valor para ser alcalde en esta España tiesa y dividida no digamos a esa edad. Dicen los que tienen vocación de servicio público que el de alcalde es el cargo más agradecido, y seguramente el más abnegado, porque obliga siempre a estar en y de guardia. Dicen que también es el que reporta más satisfacción a pesar de la dedicación que implica. Que se lo digan a Juan Espadas, que maldice el día que dejó voluntariamente Sevilla por vasallaje al sanchismo.
Y, sin embargo, pronto veremos que nadie con solvencia política quiere ser alcalde, porque el municipalismo está en horas bajas. Una de las grandes reformas que precisa España es la que debe otorgar más protagonismo, autonomía y poder a los Ayuntamientos como prestatarios de la atención primaria a las necesidades ciudadanas. Encorsetados por una vorágine legislativa y una ruina económica, los alcaldes, salvo contadas excepciones, viven en la angustia del querer y no poder, como infantería cercada por la precariedad y superada por la gestión de urgencias y emergencias de las que te hacen principal responsable y primer sospechoso.
A cada problema doméstico hay una norma que paraliza o retrasa la solución, cuando no es el PGOU es Patrimonio o el catálogo de puestos de trabajo. Y peor si toca un secretario o interventor con ínfulas políticas o un funcionario esteta empoderado dispuesto a gastar en goma de borrar más que en productividad. Y a eso hay que añadir estar sometido a los dictados del partido que te puso en lista y te la completó. Esos lumbreras son ahora tu equipo para ir al frente. Así no extraña que falten versos sueltos en los Ayuntamientos, que haya menos alcaldes incorregibles y carismáticos como Pepe; muy pocos que sólo quieran ser alcaldes, y muchos menos que hagan más que prometan.
Es lógico. Contar con remanente para afrontar infraestructuras es una utopía, las subvenciones las trae o lleva el viento ideológico que sople en la administración superior; recurrir a la subida de impuestos y tasas es impopular y endeudarse es irresponsable. Hablamos mucho de la financiación autonómica y poco de la infrafinanciación local. El caso de Sevilla es elocuente, capital autonómica y destino turístico universal, epicentro atractivo de un área metropolitana que eleva su población por encima del millón de habitantes, que difícilmente puede hacer frente a los servicios que requiere, especialmente limpieza, transporte y seguridad. Y aún así no se atienden las eternas peticiones de contrapartidas por la capitalidad o la tasa turística así cumpla el alcalde cien años esperando.
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