Sevilla Al Día
Mopongo
Este atrevimiento, aunque sólo sea en el plano verbal, es muy peligroso. La palabra de Aldama pesaría más que la presunción de inocencia de Sánchez
La incontinencia verbal de Montero, no la mujer de Pablo Iglesias, sino la vicepresidenta multitarea le ha vuelto a jugar una mala pasada. Aunque ya ha pasado el tren de borrascas, ella sigue usando botas de agua porque raro es el día que no se ... mete en un charco. Las redes no han tenido piedad de ella, aunque estemos en un tiempo de redención como es la Cuaresma, y han hecho viral su discurso contra el PP, al que ha calificado como el partido «mopongo» por su rechazo constante a todas las iniciativas del líder todopoderoso, Pedro Sánchez: la revalorización de las pensiones, la reforma laboral, el transporte gratuito o el resultado de las elecciones que permitió un gobierno progresista, aceptando pulpo como animal de compañía, aceptando Junts, Bildu o Esquerra, como progresismo.
Pero más allá del destrozo que hace María Jesús del andaluz y el consiguiente pitorreo del «mopongo», la candidata socialista al Palacio de San Telmo ha sacado la patita, para evidenciar una vez más el valor que los socialistas le otorgan a la libertad. Montero, con el aplauso de sus hinchas, se mostró en contra de las universidades privadas donde los niños de papá se compran los títulos. «Mopongo». A sus asesores se les olvidó apuntarle en los folios que Sánchez, Marlaska, Albares o Elma Saiz se han formado en instituciones académicas privadas. Luego le tocó al presidente salir al quite para precisar entre las de prestigio, como la suya, y las restantes. Las amenazas sobre el sistema educativo han comenzado por las universidades. Cuando las barbas de tu vecino veas cortar...
Pero lo que va a perseguir a la vicepresidenta del Gobierno de España es el intento de hacer saltar por los aires uno de los pilares básicos del sistema judicial español, un fundamento constitucional, como es el principio de presunción de inocencia para ponerlo en un segundo plano frente al testimonio de una víctima de violencia sexual.
Obvia decirlo, como expone el Poder Judicial, pero ante las mentes retorcidas, vaya por delante la protección de las víctimas de hechos execrables. Este atrevimiento de la candidata socialista, aunque sólo sea en el plano verbal, es muy peligroso. Si siguiéramos su ejemplo, en una balanza la palabra de Aldama pesaría más que la presunción de inocencia de Ábalos o el propio Sánchez. Ayer pidió disculpas en Sevilla. Más bien le obligaron a rectificar.
Lo próximo, no tengo pruebas pero tampoco dudas, será cambiar las cartas de los actores en el juego judicial. Los acusados tendrán que exponer las pruebas de su inocencia. Todas las asociaciones de jueces y fiscales, y el Consejo General del Poder Judicial han salido en defensa del sistema. Y yo me sumo al manifiesto «mopongo» contra la última barbaridad de María Jesús.
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