Sevilla merece más

En Sevilla vivimos con mayor moderación: apenas quince días de toros, dos conciertos de AC/DC y un eufórico final futbolero tras lograr una plaza para la Conference League y amarrar la permanencia. Un éxito sólo equiparable al de poder sellar todos los meses la cartilla del paro. En política nos equipara quien llama «traidor» al presidente en una sesión parlamentaria con quien acusa al alcalde de haberse ido «de vacaciones» por El Rocío y China. El ahora polémico Fran Páez ya se da por dimitido del grupo municipal de la intrascendencia para seguir los pasos triunfales del ministro Óscar Puente. Pese a su empeño mediático, se quedó fuera de la 'negociación' con el alcalde «veraneante». Una hora después del encuentro era Muñoz quien proclamaba su «decepción» porque Sanz había vuelto a ignorar su memorando, aunque el regidor terminó validando más de la mitad de sus propuestas. Los socialistas –no hay quien los entienda– ahora escarban porque sus sucesores «carecen de credibilidad». ¿En qué quedamos? Releyendo las quince propuestas tampoco es que se comprendan los cuatro meses de reticencias para asumir la continuación del Paseo de Torneo, el soterramiento de la Ronda Urbana Norte o la conmemoración de la Exposición del 29. ¿Pero no era un presupuesto «sin líneas rojas ni ideologías»? Después de los socialistas tocó el turno de Vox, que entró y salió a la Sala de Gobierno por el despacho del alcalde. ¿Quieren decirnos algo? Bueno, dijeron más bien poco a su salida: «Ahora mandaremos un comunicado con nuestras valoraciones». Tres minutos más tarde ya había llegado el comunicado. Por la inmediatez uno quiere pensar que estaba escrito antes del encuentro. Como por la respuesta del PSOE uno quiere pensar que la «mano tendida» era una patraña o por las propuestas ahora aceptadas uno quiere pensar que el alcalde no se las llegó a leer este invierno. Sevilla, esa ciudad en la que no hacen falta Taylor Swift ni treinta días de toros para que se viva un espectáculo.