Sevilla al día
El técnico de las sombras
Patrimonio ha puesto todas las trabas imaginables para poner sombras en la Avenida. Y de ahí esta aberración urbanística, que además llega tarde
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLas sombras de la Avenida han llegado tarde. Y encima mal. Ya ocurrió con los toldos del Paseo de Marqués de Contadero. El resultado es más que cuestionable, los grandes soportes de hormigón son una aberración estética, y su colocación supone añadir más obstáculos a ... la ya de por sí intransitable Avenida. Allí, mientras intentas sortear los veladores, al mantero, al que canta boleros o baila por bulerías con público rodeándolo, corres el grave riesgo de desnucarte al tropezar con las losetas levantadas por una mala elección del pavimento desde hace años. Esto ha obligado a que le echen una capa de alquitrán horrible -pero necesaria por seguridad- mientras se acomete la reurbanización. Puede ocurrir que, si no tienes que esquivar al tranvía, te acabe llevando por delante un 'rider' de Glovo o un patinete que circula por un carril bus con prioridad peatonal. A esta carrera de salto de obstáculos se le unen los postes cutres que se han puesto. Sombra sí, pero no así.
Dicho esto, hay que conocer bien el contexto para saber qué está ocurriendo en la calle más noble de la ciudad desde hace años. Y, la raíz principal está en un organismo que actúa de forma arbitraria, sin más criterio que el de un técnico que, con buena o mala voluntad (quién sabe si tiene filias o fobias o, símplemente, ínfulas de urbanista frustrado) quiere manejar el cotarro dando la patada a todas las iniciativas que le presentan. Ese mismo organismo no dijo ni 'mu' al paseo marítimo en el que convirtieron Baños, ahora repleta de manchurrones grasientos por la falta de limpieza y por un pavimento que le iba muy bien a Chipiona. Esa entidad, de toda la vida politizada, es necesaria pero se usa de forma descarada para reventar proyectos. Echó para atrás todos los planes que el gobierno del PSOE presentó para cubrir la Avenida. Se podía entender entonces que había un ánimo por entorpecer al rival político. Pero el ejecutivo de Sanz ha tenido que tragar para que lo que allí se colocase fuera del agrado del técnico de turno. Se llama fuego amigo.
Patrimonio ha puesto todas las trabas imaginables: las velas no pueden ir desde las fachadas ni se permite excavar sin cautelas arqueológicas. Esto es: los toldos hay que ponerlos en mitad de la Avenida y sobre soportes, al revés que ocurre con los del Salvador o la Plaza. Y de ahí ese resultado infame para darle sombra al tranvía. Pero el asunto tiene más gravedad, porque la Comisión que ha provocado esa perversión urbanística está dilatando el proyecto del Eje Central que ha presentado el Ayuntamiento. No le gustará al hombre, que verá mejor las losas reventadas y el alquitrán en el entrevías.
A esto se le suma el papel de la empresa a la que le han adjudicado el montaje de las velas. La misma que llegó tarde a Marqués de Contadero, que se equivocó en el tamaño de los textiles, descuadrados y que acabaron viniéndose abajo con el primer temporal. Ojo, porque el siguiente capítulo se acerca: el puente de San Telmo.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete