Sevilla al día
Puertas al campo
Las últimas ideas puestas en práctica en Sevilla han sido el tranvibús y el cierre del parque de la Cartuja durante los partidos del Betis
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Iniciar sesiónSevilla es una ciudad en la que reducen carriles para acabar con los atascos. Es el lugar donde se ponen rotondas en medio de las grandes avenidas colapsadas. Las decisiones sobre la movilidad llevan décadas tomándolas unos lumbreras en base a teorías de calmados de ... tráfico y fomento de la bici y el patinete que, llevadas a la práctica, empeoran aún más si cabe nuestra vida. Conducir por Sevilla es una prueba de alta tensión, que eleva las pulsaciones hasta el punto de que uno se plantea ir andando en el 'Metrominuto' aquel que ideó el concejal Cabrera, que medía lo que se tardaba en ir a pie desde Pino Montano a la Campana. «Miarma, tú no te enrites, que así tampoco vamos a llegar antes», me decía mi abuela cuando su nieto sufría la cólera al volante, que acababa en palabrota gorda contra el concejal de turno.
Porque uno puede cometer un error al colocar un semáforo o cambiar una calle de sentido, pero en Sevilla lo extraño es encontrar un acierto. El Casco Antiguo ha sido, sin duda alguna, el laboratorio de pruebas de estos espabilados con certificado de la DGT, que han hecho aún más inhabitable el Centro a los residentes. Quienes vivimos allí aprendemos a improvisar un recorrido por un laberinto que cada día encuentra una nueva valla: si no es una obra, es un camión de mudanza o uno que aparca en la puerta de tu garaje.
Hubo un delegado, de estos teóricos del tráfico hace 15 años, que se inventó que el Centro fuese como una manzana dividida en cuatro trozos: uno tiene que entrar y salir por el suyo sin cruzar a los demás. Ni con el permiso de residente. Supuestamente, el sentido único de la Ronda iba a ser la panacea, una especie de circunvalación lindera con las viejas murallas que nos iba a permitir llegar desde la Puerta de Carmona hasta la Cartuja... por Menéndez Pelayo y el Paseo Colón. Un genio. Por eso, algo tan sencillo como permitir el doble sentido en la Resolana para que al salir de Feria uno pueda llegar a la Barqueta sin dar un rodeo de 20 minutos, deciden que no es operativo.
Las últimas ideas puestas en práctica en Sevilla han sido el tranvibús y el cierre del parque de la Cartuja durante los partidos del Betis. El 'trolabús', como aquí le hemos bautizado en alguna ocasión, es un tongo para los vecinos de Sevilla Este, a los que en lugar de un metro le van a poner un Tussam con semáforos en verde. Es como pedir jamón y que te den mortadela. Y, para ello, a los vecinos les han empeorado aún más su ya de por sí nefasta conexión con la ciudad, reduciéndole carriles para terminarles de hartar y que no cojan su coche para ir a trabajar. A cambio, pueden ir en trolabús a Santa Justa.
Y luego está lo del Betis. Si algo tiene la Cartuja, y no Heliópolis, es una inmensa bolsa de aparcamientos en el interior del parque. Ahora, después del éxito de los primeros partidos, la han torpedeado. El domingo cerraron la valla impidiendo el uso de la Pasarela como vía de salida hacia Torneo, creando un embudo en la Torre Pelli. Ayer medio lo arreglaron. Es como poner puertas al campo.
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