sevilla al día
La matanza de los gansos
Yo querría que algún operario de limpieza municipal, ya sea de plantilla o externalizado, se equivoque y le dé por regar mi calle
En Sevilla hoy es polémica la muerte de unos gansos en dos parques. La tragedia es tal que la oposición ha mandado a dos concejales a denunciar que, en resumen, el alcalde es un homicida de patos, un exterminador de aves. Las deja morir para ... hacer paté con el que alimentar luego a los turistas con el selecto foie hispalense del parque de María Luisa. La delegada Evelia Rincón se ha desplazado al Tamarguillo y ha clausurado el recinto a la espera de que se resuelva el crimen. Dicen que es el oxígeno por la mala calidad del agua pero las malas lenguas hablan de un gato salvaje, probablemente propiedad de José Luis Sanz, que es como Atila: por donde pasa se caen hasta las ramas.
En pocas horas se desplomó una de grandes dimensiones en la Alameda -tenía que ser precisamente allí- y otra en la plaza del Cristo de Burgos, que milagrosamente no mataron a nadie. No es por el estrés hídrico tras varias olas de calor sofocante este verano. Es que el alcalde no cuida a estos seres vivos, no manda a nadie a regarlos -¡ya podrían ir los serenos con la regadera!- y se sospecha que hasta les echa lejía para matarlos. Es lo que hizo con el de San Jacinto, como buen facha: talar un árbol que está ocasionando serios problemas estructurales en la iglesia y cuyas ramas han puesto en peligro la integridad de los niños de un colegio y de la vendedora de la ONCE de la esquina de Pagés del Corro. La seguridad del árbol, por encima de la de las personas y del patrimonio.
La vuelta del verano está así: una auténtica catástrofe medioambiental, trufada con la procesión bajo palio del tranvía por la Avenida, donde los toldos llegarán el día que empiecen a colocar las luces de Navidad. Menos mal que no ha muerto ninguno de los naranjos de allí por la falta de sombra, habrá pensado Evelia. Por cierto, la delegada ha condenado también a muerte al barquito de Lipasam que limpiaba el Guadalquivir. Q. E. P. D. Y todo para ¡externalizar! el servicio. Así son las derechas, siempre privatizando. Como la Brigada Antigrafiti. Ésta es de la GUMA, eso sí, pero porque si Lipasam no es capaz de limpiar una calle, imagínense quitar las pintadas de la fachada. Y ha funcionado, al menos hasta que se han cargado por error el grafiti de SFDK, el símbolo 'underground' de Pino Montano.
Yo querría que algún operario de limpieza municipal, ya sea de plantilla o externalizado, se equivoque y le dé por baldear mi calle. Aunque allí cerquita esté la sede del PSOE, no está de más que una vez al año, o cada dos si es pedir mucho, pase alguna máquina para retirar la mugre y el olor a pipí. Porque esto sí que es una verdadera calamidad, que ni este alcalde ni los que estuvieron antes ha sido capaz de solucionar. Sevilla está sucia, ni más ni menos que antes. Por más dinero que le echen a Lipasam el fracaso no se arregla. Quizá haya que mirar dentro en busca de algún ganso.
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