Suscríbete a
ABC Premium

Sevilla al día

'Eternidad' y los fans

El tipo de cofrade que acudió a ver esta procesión de forma mayoritaria no hubiera ido si la que se pone en la calle es la Virgen de Guadalupe bajo palio

Javier Macías

Esta funcionalidad es sólo para registrados

No vamos aquí a realizar un análisis selectivo de lo que debe ser o debe hacer el público que acude a ver una cofradía. Sin duda que hay unos cánones aprendidos 'per saecula saeculorum' que son ya cada vez más residuales en las procesiones de ... grandes masas. Vaya por delante que todo el mundo que va a ver a un paso tiene derecho a que le interese más la forma en la que va vestida la Virgen, la banda que lleva o el virtuosismo de la cuadrilla que la propia imagen. Al final todos caemos en la tentación, que no tiene por qué ser insana, de escoger un momento concreto por el ambiente que genera la espectacularidad de una marcha o la entrada en la Campana de un misterio potente. Pero si profundizamos en los valores antropológicos de la Semana Santa y trasladamos a la actualidad el examen sociológico de quiénes acuden a ver pasos, a nadie le debe extrañar que se afirme que no es el mismo público el que acudirá a ver el Señor de las Penas de San Vicente en noviembre que el que fue el viernes a la extraordinaria del misterio de las Aguas. Pero es que el tipo de cofrade que acudió a ver esta procesión de forma mayoritaria no hubiera ido si la que se pone en la calle es la Virgen de Guadalupe bajo palio.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia