Sevilla al día
Castigar con la Virgen
Ningún almonteño tiene el poder de expiar los pecados cometidos por otros, y muchísimo menos sirviéndose de la propia imagen
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Iniciar sesiónAlmonte tiene el mayor privilegio divino, que es tener a la Virgen del Rocío, su patrona y protectora desde hace siglos. Es la devoción más universal que hay en Andalucía y, probablemente, en toda España. En torno a la Blanca Paloma gira todo el pueblo ... y el Condado de Huelva, y parte del Aljarafe sevillano, lo que además ha generado riqueza en el municipio, con una aldea que tiene vida todo el año entre los propietarios de las casas y los peregrinos que acuden a visitarla en el santuario junto a la marisma. Pero es en la romería cuando se pone de manifiesto la verdadera dimensión de una imagen legendaria que atrae a cientos de miles de personas de todos los rincones del país, y hasta de Bruselas. Por eso el pueblo de Almonte tiene una prerrogativa por encima de ninguna otra localidad, un regalo de Dios que ha sabido compartir de forma generosa... pero también aprovechar, qué duda cabe.
Y es aquí donde algunos han confundido no sólo el sentido de la propiedad, sino también el significado religioso y el uso que se le puede dar a una imagen sagrada. Porque no se es más rociero por ser almonteño, sino más afortunado por tener tan cerca a la Virgen del Rocío. En el ritual de cada Lunes de Pentecostés hay un misticismo que traspasa fronteras con el salto de la reja. También con la forma de llevar a la Virgen, tan autóctona que nadie puede venir a enseñar a Almonte cómo ha de portar las andas, porque es una procesión que organiza su hermandad, que la entrega al pueblo durante unas horas.
Hay profanos que ven fanatismo religioso cada vez que se publican imágenes de la procesión más multitudinaria de cuantas se celebran en el mundo. No deja de ser una simplificación tan intolerante como ignorante. Es la fe desbordada, con formas ancestrales, que se ha heredado de generación en generación. Sin embargo, lo sucedido el pasado lunes cuando los hombres que llevaban a la Virgen decidieron pasar de largo de la casa hermandad y del Simpecado de la filial más antigua de todas, la de Villamanrique, lo único que consiguió fue dar pábulo a las críticas de quienes les catalogan de extremistas e idólatras.
El DNI les otorga el fuero, pero no les da la jurisdicción divina para castigar a nadie utilizando a la Virgen. Villamanrique -ni otras filiales que en la historia han recibido la misma represalia- no merece que la Virgen le dé la espalda. Porque ningún almonteño tiene el poder de expiar los pecados cometidos por otros, y muchísimo menos sirviéndose de la propia imagen. Es más, lo sucedido atenta contra el principio más básico de la religión que profesan, que apela a la misericordia, no a la justicia divina. Que, por otro lado, no tienen el don de impartir. Las rivalidades delante de la Virgen que nos une a todos son un contradiós con el que hay que acabar a través del perdón fraterno. El que esos hombres de Almonte deben pedir a su espléndida historia y al pueblo de Villamanrique.
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