SIN ACRITUD
A cual peor
Andalucía exporta miles de productos a EEUU y se verá muy perjudicada por los desvaríos de Trump, la mojigatería de Europa y la indignidad de Sánchez
Mire usted que está lloviendo. Para aburrir. Para llenar todos los pantanos de España dos veces. Para inundar las redes sociales de graciosillos asomados a la ventana diciendo tontadas. Jarrea. Fuerte. Pero afortunadamente la dura –durísima– lección de Valencia ha servido de mucho. Y además ... en Andalucía tenemos la consejería que, probablemente, mejor funciona de toda España para estos asuntos. Nunca se está libre de que ocurra una desgracia, obviamente, pero si pasa ya no será por falta de prevención. Sin embargo, los fuertes aguaceros de las últimas semanas no son nada comparados con la tremendísima tormenta política que sufre el planeta Tierra –literalmente todo el planeta Tierra– desde que Donald Trump decidió, de un día para otro, cambiar el orden mundial. De pronto, los malos son los ucranianos y los buenos los rusos. A China ni la menciona como no se menciona la soga en casa del ahorcado, no vaya a ser que Xi Jinping se la apriete y acabe por ahogarle. A quien sí aprieta las tuercas el presidente norteamericano es a sus vecinos del norte y del sur. Complicada papeleta tienen canadienses y mexicanos. Qué decir de Groenlandia, de la que quiere apropiarse cuan okupa en cualquier barrio céntrico de Barcelona. Y por supuesto, el mensaje –los mensajes– que está mandando a Europa son diáfanos. Por un lado, en la próxima guerra, como la haya, te va a defender quien tú sabes. Salvo que soltéis la pasta, acomodados y burócratas europeos, no se mueve ni un Marine de Camp Pendleton o West Point. Y si hablamos de comercio, lo que quieras exportar, ya sea acero, aluminio o aceitunas negras, te va a salir por un pico. Demasiada información, demasiados desvaríos, en apenas un mes.
Si pudiésemos asistir a este frenesí imperialista desde la barrera podría calificarse hasta de divertido. Cuanto menos sorprendente. Pero ni puñetera gracia tiene. Para Andalucía es, sin duda, un problema de primerísimo nivel. Desde nuestra tierra exportamos al otro lado del Atlántico multitud de productos de todo tipo. De hecho, nuestra comunidad es la tercera de España que más exporta a EEUU y la que más ha crecido en los últimos años. Les vendemos hasta combustible. Sí combustible. Y por supuesto aceite de oliva, vino, frutas, hortalizas, carne, pescado, materiales eléctricos, cerámica... de todo. Les vendemos de todo. Por valor de miles de millones de euros. Un verdadero problemón ante el que estamos en manos de una Europa mojigata y un Gobierno español políticamente indecente, dividido internamente y en manos de socios tan desquiciados o más que el propio Donald Trump. Si unimos su eslogan de 'America First' a la famosa frasecita de Pedro Sánchez de «somos más» para ser investido a cambio de su propia dignidad personal y política, lo que nos queda es un panorama desolador. Efectivamente somos más. Más parias. Más débiles. Más cautivos de su egolatría. Más rehenes en manos de dos egocéntricos enfermizos. Uno aquí y otro al otro lado del charco. A cual peor.
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