Suscríbete a
ABC Premium

SIN ACRITUD

Líneas rojas de sangre

Aquel día sólo se hablaba de la petición de mano de Urdangarín; apenas del asesinato de otro guardia civil, uno más

Ignacio Moreno Bustamante

Esta funcionalidad es sólo para registrados

EL 3 de mayo de 1997 no se hablaba de otra cosa. Ese día Iñaki Urdangarín pidió al Rey Juan Carlos la mano de su hija, la Infanta Cristina. Con toda la pompa. Con todo el boato. Qué tiempos. El Palacio de la Zarzuela ... atestado de periodistas. Urdangarín, vestido con traje oscuro, camisa celeste y corbata de rayas. Ella, con traje pantalón color vainilla y foulard celeste. Ambos aparecieron en las escaleras de los jardines privados de la residencia real rodeados de cedros del Líbano, cipreses, abetos azules, pinos, arces, olivos, pinsapos... todo precioso. Todo muy bucólico y todo perfectamente recogido en la hemeroteca de ABC, que es un regalo de esta casa a este país. Aún habría de pasar un tiempo para que el novio del año se convirtiera en uno de los personajes más odiados de España, inquina que se ganó a pulso por los lamentables casos de corrupción que protagonizó. Eso vino después, pero aquel sábado de mayo del 97 todo era alegría, amor, sonrisas, miradas cómplices e intercambio de regalos. Un anillo de brillantes en talla 'baguette' para ella y un reloj Audemars Piaget para él. Ya le digo. Hemeroteca. ABC. Todo al detalle.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia