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SIN ACRITUD

Desalmado

Óscar Puente hace tiempo que da mucha pereza, pero cuando utiliza desgracias como el incendio de Tarifa y Zahara para sus desvaríos toca la moral a cualquiera

Ignacio Moreno Bustamante

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HACE tiempo que el ministro Óscar Puente da pereza más que otra cosa. El típico pesado que no sabe cómo llamar la atención. Antes los cretinos se venían arriba en las barras de los bares, a grito pelado. Ahora lo hacen en redes sociales, a ... base de insultos y provocaciones. Puente es lo que en Cádiz llamamos un 'jartible', al que nadie hace caso ya. Al principio sí llamaba la atención. Lógico. Un ministro que se dedica a insultar, a provocar, no es habitual. Pero a base de repetirse ya casi nadie le escucha. Que grite, ya se cansará. Él no se aburre, desde luego. Vive su momento de gloria y lo está exprimiendo al máximo, consciente de que cuando el 'sanchismo' pase a mejor vida -que pasará- él se volverá a Valladolid como concejal de la oposición. Quizá alcalde otra vez. Pero irremediablemente se habrá bajado de la ola que a día de hoy surfea. La ola de la popularidad que da ser ministro del Reino de España. Nada menos. Por eso ahí sigue el tío, diciendo memeces como eso de «Disculpen las mejoras» cada vez que un tren se queda parado en medio de la nada. Que son muchas.

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