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gota a gota

El primer gorrilla

Lo que ocurre en la Cartuja ya no es solo coacción y amenaza. Es también tirar por tierra la imagen de Sevilla para el turista que viene a la ciudad a meterse en Isla Mágica

Francisco José López de Paz

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Si preguntas a tu alrededor y a la gente de tu generación, nadie se acuerda de la primera vez que vio a un gorrilla. Hubo un tiempo en el que existía la vida sin estos aparcacoches. Estaban los de siempre, los que te expedían un ... recibo de una asociación y vestían con chaqueta y gorra. Tal vez de ahí vino la denominación: gorrilla. En los ochenta comenzó la expansión cuando una legión de hombres, por lo general sin empleo, se tiró a la ocupación de los aparcamientos principalmente de aquellas zonas de mayor intensidad y rotación. Era cuando no pagar-en pesetas- te costaba un espejo retrovisor o una de las lunas laterales del coche. Rojas Marcos quiso ordenar el sector creando en los 90 los Vovis. Pero aquella figura desapareció para dar paso al gorrilla descontrolado, que -como el caso de los aparcamientos ilegales de Isla Mágica- ya te piden un billete de cinco euros por dejarte estacionar el coche, si es que lo puedes aparcar mientras ellos discuten.

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