COMENTARIOS REALES
Por Ascen y Alberto, contra las amnistías
¿Qué seguridad tenemos de que los asesinos de Ascen y Alberto no sean amnistiados antes del cumplimiento completo de sus condenas?
Han transcurrido veintiséis años del cobarde asesinato de Ascen y Alberto, y estoy convencido de que todos los socialistas que presenciaron aquel crimen tan horrendo se habrían ofendido si alguien hubiera insinuado que algún día habrían de ser aliados de los herederos del terrorismo. O — ... peor todavía— que algún día habrían de pastelear un gobierno a cambio de amnistías, excarcelaciones y regalías penitenciarias. En realidad, conozco a muchos votantes socialistas horrorizados con los pactos del gobierno, pero quienes lo tienen más difícil para decir abiertamente lo que piensan son los militantes socialistas, pues su futuro político y económico depende de su silencio, resignación o disciplina.
Escribo estas líneas mientras los precandidatos a las primarias en Estados Unidos se someten a la voluntad de sus partidarios en los caucus. Es decir, que para los críticos existe la posibilidad de elevar la voz y disentir de Biden o Trump, aunque ambos tengan todas las papeletas para ser los próximos candidatos a las elecciones generales americanas. Sin embargo, en España tenemos una ley electoral que no sólo prima a los partidos minoritarios que no desean formar parte de España, sino que fortalece a los aparatos de los partidos gracias a las listas electorales cerradas. Por lo tanto, si alguien dentro del PSOE desea ser candidato o ejercer un alto cargo, no tiene más remedio que hacer de tripas corazón y ocultar sus discrepancias.
Hemos asistido a tantos renuncios, contradicciones y tragaderas por parte del gobierno de Sánchez, que es legítimo preguntarse: ¿qué seguridad tenemos de que los asesinos de Ascen y Alberto no sean amnistiados antes del cumplimiento completo de sus condenas? Y que conste que no hablo de indultos o de beneficios penales, sino de amnistías como la obtenida por Puigdemont, para que quede claro que los independentistas nunca cometieron ningún delito. ¿Quién nos asegura que antes de la aprobación de los presupuestos Bildu no exija una amnistía para los presos de ETA? El argumento será que los etarras no querían matar, pero que los gobiernos «posfranquistas» los obligaron a hacerlo. Tomen nota del término «posfranquista», porque será la etiqueta que Pedro Sánchez pegará sobre el legado de Felipe González.
Hemos conseguido mantener viva la memoria de Ascen y Alberto, a pesar de los años transcurridos y del «armisticio» de ETA, pues no podemos hablar de rendición o derrota de la banda asesina, a la vista de la entrega a Bildu de la alcaldía de Navarra y de los homenajes a los terroristas excarcelados. Veintiséis años más tarde, los asesinos de Ascen y Alberto ya se benefician de las regalías del sistema penitenciario vasco porque han sido trasladados a cárceles próximas a sus pueblos y dentro de nada Bildu exigirá una amnistía para todos ellos. Prisionero de las minorías independentistas, el gobierno de Sánchez cederá invocando la convivencia.
En nombre de Ascen y Alberto, me declaro contra todas las amnistías que deshonran su memoria y su sacrificio.
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