Andalucía, de cine
La 'tournée' de Sánchez
En lugar de dar la cara en el debate sobre la derogación de la sedición, el presidente se pasea por Andalucía investido en el gran hacedor que nos salvará de todos los males
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Iniciar sesiónEl Congreso debatía el jueves las enmiendas de la oposición a la penúltima inmundicia gubernativa: acabar con el delito de sedición para que cuando los independentistas vuelvan a hacerlo, como han prometido, no haya ya que preocuparse del mal trago que supondría otro indulto. La ' ... mayoría progresista' las tumbó todas. Antes de fin de año la sedición habrá desaparecido del Código Penal.
Deprisa, deprisa. Agilizando, que esto pase rápido y vamos por la puerta de atrás. ¿Que no? ¿Dónde estaba el presidente del Gobierno mientras se daba trámite a la ignominia? ¿Dando la cara en el banco azul, como hubiera correspondido? En absoluto. Sánchez se paseaba ya entonces por Andalucía investido en el gran hacedor cuyo gesto divino nos va a quitar de todos los males.
A golpe de Falcon y Puma, comenzó en San Roque para hacer suyo un megaproyecto de Cepsa sobre hidrógeno verde. Siguió en Doñana, para erigirse en salvador del Parque que la derecha de fachaleco de toda la vida exprime. Cosas de la vida, allí se topó con que sus propios alcaldes le dejaron plantado. Caramba. Mejor le fue el viernes en Jaén. Allí su gente es mucho más disciplinada.
¿Alguna autocrítica, alguna reflexión en torno al solar que nos está dejando? Caminar a medio metro del suelo, los periodistas a toda la distancia que se pudiera y ademán altivo en todas sus comparecencias. Qué bien lo estamos haciendo todo.
Escribió Jardiel Poncela en 1932 una novela deliciosa y rompedora que tituló 'La tournée de Dios', en la que el Altísimo decide darse un garbeo por su creación. Aterriza, cómo no, en España, con la forma de un hombre humilde que no tiene reparos en aceptar para cubrirse el traje del revisor del tren que le lleva a Madrid. Y con una actitud que por discreta provoca estupefacción general en el pueblo que acude a verle y aclamarle. Igualico.
Sánchez ya no tiene quien le aclame. Sin cobrar. Pero abonado a la inmodestia, sigue buscando motivos por los que pasar a la historia. No será este viaje uno de ellos. Lo dijo Delibes (hijo). Huyamos de los salvadores. Más dioses como los de Jardiel. A los que saben hay que hacerles caso.
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