Granada imparable

Aún no conocemos a ciencia cierta —puede que no ocurra nunca— las razones concretas por las que el Gobierno ha privado a la capital nazarí de la sede de la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial, en beneficio de La Coruña. Pero según lo publicado, y esto es algo que ya se advirtió en estas páginas en octubre, la conectividad ha jugado muy en contra de las opciones granadinas. Ahora hay tren, sí. Pero menos del que debiera. Y sobre todo está el avión, definido directamente por el jurado (¿?) como «problema notable» en Granada, dado que la agencia va a necesitar conexiones con el extranjero. Málaga, el aeropuerto en serio más cercano, está a hora y media. Por no herir, mejor no relatamos aquí las conexiones del García Lorca.

Queda claro por tanto que la misma administración (central) que lleva años poniendo piedras en las ruedas del progreso de Granada ha sido la que le ha quitado el caramelo de la Agencia. Pero bueno. Y qué. Maliciemos. Si hubiera sido concedida, el Gobierno hubiera dado por cumplido su compromiso con Granada. Y anda que no quedan cosas por hacer.

Al fin y al cabo, ya no cabe pensar otra cosa, se trataba sólo de una oficina. Una vez pasado el duelo y recuperados del crujir de dientes, habrá que dar el paso. Adelante. Y valorar que, superando el atávico derrotismo que en los últimos tiempos caracteriza a una parte notable de los poderes (y de la sociedad) granadina, por primera vez en mucho tiempo aquí se ha peleado de tú a tú por un objetivo de primer orden. Y que se ha perdido por una decisión política, no técnica. El ecosistema de la IA está plantado. En Granada. Que si se pone, y esto ya no es un eslogan, demuestra que puede ser imparable.