PÁSALO
Ovejas vacilonas
A Igualdad solo le importa el quién, no el qué
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Iniciar sesiónNos sobran los motivos, como le sobraban a Joaquín Sabina en aquella canción de llagas y desgarros sentimentales, para entender que antes que, en Grecia, en España, el rebaño de ovejas coloconas, ya era y existía. Sólo de esa forma podemos entender el borreguismo psicotrópico ... de lo que vemos a diario en manifestaciones varias de nuestro cuerpo social. Ya sabrán que en Grecia, el huracán olímpico que ha devastado la zona de Magnesia, en Tesalia, destruyó un invernadero donde se cosechaba cannabis medicinal. El rebaño ovejero accedió a las instalaciones por el muro derribado acabando con cien kilos de marihuana en el cuerpo. No hay noticias, más allá de la desgracia económica del agricultor, sobre los efectos secundarios de la ingesta en el rebaño. Pero no se extrañen si, en días, nos enteramos que las ovejas vacilonas del rebaño de Magnesia, balan la letra y música de Norit el borreguito o cantan por Pepe Mairena la Ovejita lucera. Hagan memoria, hurguen en el cajón donde guardamos la infancia: «me gusta cuando bala la ovejita:beeeeee/y cuando le contesta el corderito:baaaaa…»
Cien kilos de marihuana en esos cuerpos van a dar leche para quesos muy especiales. A las ricas hierbas. Se come usted una loncha de queso de oveja vacilona griega y ya sale colocado, fijo discontinuo, a la calle, con sonrisa inexplicable, pero invencible ante tantos motivos para la seriedad como nos da este país de sobresaltos. Reiremos artificialmente. Pero reiremos por sabernos pertenecientes a la gran familia lanar en la que se ha convertido el país. Antes, a esa forma de encarar la vida, se la llamaba la mayoría silenciosa. Porque se pronunciaba menos que pedir perdón. Hoy se la califica como un ejército de silentes corderos que han entendido que el mejor refugio para sobrevivir al insufrible corsé del puritanismo que nos manda es no decir ni pío. Y hacer ante hechos consumados como se asegura que hizo otro pío en Roma ante los crímenes de guerra nazis. Somos borregos de pata negra.
Se ha comentado mucho por las mandarinas del feminato de actualidad la mandanga de Guerra con las peluquerías de Yolanda Díaz. Mucho menos, en su día, se comentó por estas mismas censoras de la nueva moral y costumbres el insultante escrache que le dieron a Cayetana Álvarez de Toledo en Barcelona, donde un grupo de iracundos independentistas la llamaron fascista, argentina y perra. Que yo recuerde nadie de las sacristanas de Igualdad salió a poner orden y a devolver tan lindos versos. Antes denuncian la situación de opresión de las gallinas de corral por el gallo heteropatriarcal que una humillación como aquella. En cuestión de peluquerías, hay vetas que se notan más que otras, una de ellas es que los tintes parecen interesarse más en el quién que en el qué. Pilla foco si es una mujer cercana o de pleno derecho a la hermandad. También han pasado por alto esta semana lo que ha ocurrido en el parlamento valenciano, donde el muy señalado Joan Baldoví, dejó escapar su genio intimidatorio y chulapón, contra la diputada Ana Vega. Silencio. Quizás porque lo de Igualdad es puro teatro y, si no eres zurdeta, no eres mujer ni feminista…Sólo una gallina alucinada como las ovejas griegas.
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