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PÁSALO

Ovejas vacilonas

A Igualdad solo le importa el quién, no el qué

Félix Machuca

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Nos sobran los motivos, como le sobraban a Joaquín Sabina en aquella canción de llagas y desgarros sentimentales, para entender que antes que, en Grecia, en España, el rebaño de ovejas coloconas, ya era y existía. Sólo de esa forma podemos entender el borreguismo psicotrópico ... de lo que vemos a diario en manifestaciones varias de nuestro cuerpo social. Ya sabrán que en Grecia, el huracán olímpico que ha devastado la zona de Magnesia, en Tesalia, destruyó un invernadero donde se cosechaba cannabis medicinal. El rebaño ovejero accedió a las instalaciones por el muro derribado acabando con cien kilos de marihuana en el cuerpo. No hay noticias, más allá de la desgracia económica del agricultor, sobre los efectos secundarios de la ingesta en el rebaño. Pero no se extrañen si, en días, nos enteramos que las ovejas vacilonas del rebaño de Magnesia, balan la letra y música de Norit el borreguito o cantan por Pepe Mairena la Ovejita lucera. Hagan memoria, hurguen en el cajón donde guardamos la infancia: «me gusta cuando bala la ovejita:beeeeee/y cuando le contesta el corderito:baaaaa…»

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