Pásalo
La berrea mayor
La nueva inquisición manda a la hoguera al colegio mayor pero calla con los crímenes a la mujer en Irán
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Iniciar sesiónEn el colegio mayor Elías Ahuja madrileño, cercano a otro de chicas, el Santa Mónica, un ciervo alfa, desde una de las ventanas del mismo, ha cumplido con el rito otoñal de la berrea. La manada colegial respondió a su clave, haciéndole coro a la ... cantidad de bestialidades y brutalidades que salieron de la boquita del ciervo, que no es precisamente Bambi. Al venado lo han expulsado del bosque donde alojaba instintos tan primarios como para convertir una presumible tradición en un acto vandálico contra la dignidad de la mujer. Las puso de ninfómanas, conejas y putas. Adelantando que se dieran por folladas a lo largo del curso. Las redes han dado buena cuenta de semejante hito en nombre de la tradición colegial. Las chicas del santa Mónica, también lideradas por una gacela alfa, ha salido por riguroso orden de turno, defendiendo las raíces de la tradición y que en ningún caso se ha tratado de un hecho misógino ni contra la condición de la mujer. Forma parte del rito otoñal de los colegiales. Mi opinión al respecto es que, tantos los ciervos como las gacelas, salen de sus casas con un nivel de educación bajuno y detestable, hasta el punto de haber perdido el norte de la dignidad personal.
En el momento que se produjo el hecho y las redes lo viralizaron, los más listillos de la clase política, se echaron las manos a la cabeza y casi se cortan la coleta, como ha hecho tanta progre occidental con los viles asesinatos de la policía moral iraní. Una activista persa ha proclamado a los cuatro vientos que les suda las ingles que las feministas occidentales estén y locas por el sexo en Nueva York y se corten la coleta de sus mechas californianas; lo que hay que cortar son las relaciones comerciales, políticas y diplomáticas con los países medievales que alientan y consienten semejantes actos criminales. Yo creo que se han enterado. Porque han estado muy sensibles y ocultas en los dolores menstruales de la política de uso tópico durante todo este vergonzante episodio iraní. Hasta Sánchez, al que le pilló el crimen por el velo en la ONU, se desmarcó del asunto como el mejor Messi, asegurando que no tenía información de algo que le estaba dando la vuelta al mundo. Encima de guapo, sordo…
Les decía que los listillos de la clase política, autonombrados los más progres del universo, montaron una hoguera de machos cabríos por lo sucedido en los colegios mayores madrileños. La hoguera ha carbonizado la realidad de estos días: subida de sueldos de sus señorías en el Congreso con una clase media agotada fiscalmente, la indecencia de unos presupuestos del Estado que prima, una vez más, a la Cataluña amarillenta sobre otras regiones españolas, el vergonzante empantanamiento por criterios políticos de la renovación de los miembros del Consejo General del Poder Judicial y el implacable avance del narcotráfico y sus consecuencias sociales en el Campo de Gibraltar. Otra vez con muertos. Todo quedó incinerado por la leña marismeña de los nuevos inquisidores, que se tapan los ojos ante la brutalidad iraní y queman a los machos ibéricos de un colegio mayor por delito de odio. A este país le sobra ideología y le falta educación. Mucha educación para saber respetarse hombres y mujeres, dejando las berreas para la sierra norte y las hogueras para San Juan…
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