Trampantojos
Tiempo crujiente
La exposición sobre Fernando III el Santo en la catedral es una fabulosa máquina temporal
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónCaminar bajo las bóvedas de la catedral mientras suenan voces de fantasmas en la penumbra viscosa de las criptas. Así se pasea cuando sólo quedan las sombras de los siglos, como si anduviéramos por una leyenda becqueriana.
Los miembros de la Real Academia Sevillana de ... Buenas Letras recorremos la exposición «San Fernando. El que más temíe a Dios» gracias a la cortesía del Cabildo de la Catedral. Acudimos cuando los turistas han vaciado las naves. Sólo se oye el silencio, el aire que recorre el vértigo de las columnas y la intuición de lo desaparecido.
La muestra es una fabulosa máquina del tiempo en la que se confunden las épocas. Se puede leer la letra de un antiquísimo privilegio rodado y también contemplar la historia con unas gafas de inmersión virtual. Los ojos repasan con lentitud los legajos siguiendo las artes de la paleografía, pero también se sumergen en los trampantojos del mundo digital. Gracias a efectos ópticos entramos en el cuadro de Mattonni «Las postrimerías de Fernando III el Santo». Se percibe la respiración del moribundo, los últimos latidos del viejo corazón de las batallas, el frío de la espada Lobera, el peso del cetro y la Corona sobre la que se asentaba el poder de Castilla.
Hay cantorales, libros litúrgicos, cuadros, piezas de la 'memorabilia' sevillana como las llaves de la ciudad o las tablas alfonsíes con sus reliquias devocionales. Pero aguarda también el secreto prodigioso de la ciudad: las múltiples versiones memoriales donde aparecen los paisajes sonoros de Ixbilia. Una maqueta nos permite pasear por la Sevilla almohade y un documental recrea virtualmente la antigua mezquita. Por eso, al caminar por la actual catedral es posible que ante los ojos aparezca el lugar donde estuvo el mihrab andalusí o el ataúd original del rey Fernando. Hay rigor pero también un delicioso punto de ficción basado en las hipótesis históricas. Da igual, Sevilla es un territorio fronterizo entre la realidad y la literatura. Un palimpsesto con miles de capas donde sigue crujiendo el tiempo.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete