trampantojos
El sol sevillano de Aleixandre
Se cumplen 125 años del nacimiento del poeta sevillano, tan lejos de su ciudad natal
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Iniciar sesiónA mí me gusta la Sevilla del verano, que sólo se abre a los iniciados», escribió Vicente Aleixandre. Para él la ciudad no era más que un vaguísimo recuerdo, tan sólo «el relámpago de mi nacimiento». Aleixandre abandonó pronto su Sevilla natal. Con sólo dos ... años la familia se trasladó a Málaga, a la que llamó «ciudad del paraíso», pero regresó a Sevilla en varias ocasiones en busca de algunos recuerdos.
Se cumplen 125 años del nacimiento del Premio Nobel de Literatura y la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre ha organizado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid un homenaje al autor de «Espadas como labios». En la capital está el símbolo de la literatura de Vicente Aleixandre, Velintonia, la casa madrileña en la que vivió el exilio interior y que ahora se intenta salvar de la especulación inmobiliaria. Un lugar de tradición literaria porque allí acogía a las nuevas generaciones de poetas en medio de las sombras de la dictadura.
Pienso en Vicente Aleixandre -tan ausente de Sevilla- mientras seguimos sumergidos en un verano eterno, esa estación que a él tanto le gustaba, supongo que porque se marchó pronto de la ciudad. «A mí me gusta el verano de Sevilla. Su hipérbole maravillosa de luz», aseguraba.
Y al pasar delante del Palacio Yanduri en la Puerta de Jerez donde nació evoco el único recuerdo que tenía de sus años sevillanos. Evocaba un juego de ajedrez de figuritas de marfil sobre el suelo. La abuela cose junto a la ventana y el niño se ve a sí mismo en el suelo, rodeado por las figuras. Suena una caja de música que el abuelo había comprado en una tienda de antigüedades. La caja tiene dibujados sobre la tapa un pierrot y una colombina.
Cuando regresaba a Sevilla pasaba delante de la casa, entraba en el zaguán, tocaba la madera del portón y miraba la fuente lejana y el juego de agua. Y añadía que todo estaba envuelto con «el maravilloso sol» que casi siempre hacía cuando visitaba la ciudad. La luz de la infancia sevillana derramándose en los paisajes de la memoria.
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