TRAMPANTOJOS
Sevilla en el Museo del Prado
Los santos de Herrera el Mozo parecen superhéroes de la modernidad ascendiendo a los cielos
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Iniciar sesiónHay una Sevilla que se puede admirar estos días en Madrid. Es la ciudad que palpita en los lienzos del artista Herrera el Mozo, gracias a la exposición comisariada por Benito Navarrete en el Museo del Prado. Navarrete continúa con su brillante trayectoria aportando reveladoras ... líneas de investigación sobre los maestros del Siglo de Oro. La muestra 'Herrera el Mozo y el barroco total' redescubre a un artista singular que, como tantos, quedó eclipsado por la sombra de otros coetáneos como Murillo o Velázquez. Sin embargo, el reflejo que devuelve este espejo barroco es el de un artista que sorprendía con sus escorzos, las osadías cromáticas y las veladuras de sus atmósferas siguiendo a los maestros italianos.
Trajo Herrera el Mozo los cielos de Venecia a Sevilla después del viaje que hizo a Italia con seis mil pesos que le robó a su padre Herrera el Viejo, quien fuera el primer maestro de Velázquez. Entre las comadres del siglo se hablaba también de la extraña boda con doña Juana de Aurolis. Un matrimonio disuelto al no ser consumado, teoría que sustenta la leyenda acerca de su supuesta homosexualidad.
El tratadista Antonio Palomino lo describió como «un andaluz de pelo amoriscado, guapo, bizarro y galante», aunque era orgulloso y de trato difícil. Y con Murillo fundó la Academia Sevillana del Arte de la Pintura, donde por la naturaleza airada de los ingenios de la época se impedía entrar con dagas y espadas.
Pero más allá de la mala fama en los mentideros, nuestros artistas brillan otra vez en el Prado. Herrera el Mozo es ahora el protagonista con su particular forma de representar la santidad. Siempre me ha parecido que sus santos son como superhéroes de la modernidad ascendiendo a los cielos. Recordaba Enrique Valdivieso cuando contempló de cerca subido en un andamio el monumental lienzo 'Éxtasis de san Francisco' de la catedral con «la pincelada restregada y movida, su color transparente y sus fulgurantes resplandores». Un verdadero héroe místico ascendiendo a los cielos.
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