TRAMPANTOJOS
Moscas
Otros partidos han necesitado cien años, Podemos ha empleado diez: fundación, auge, toma de poder, decadencia, guerras internas, deserciones...
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Iniciar sesiónEstudiando Ciencias Naturales me enteré de que las moscas viven menos de un mes. Ese descubrimiento fue una epifanía que alteró para siempre mi violenta relación con aquellos insectos. Hasta ese momento, no había mosca que no persiguiera con ansias asesinas. Pero todo cambió cuando ... supe que las pobres estaban condenadas a una vida efímera. Dejé de verlas como bichos molestos a los que había que aplastar con la zapatilla o con cualquier objeto asesino. Decidí entonces tolerar sus vuelos impertinentes, machadianamente golosos y voraces. Por mucho que me fastidiaran, me aguantaba porque pensaba que tal vez ése sería su último día.
He pensado mucho en las moscas y la fugacidad de sus vidas siguiendo la evolución de Podemos, uno de los partidos emergentes que vinieron a regenerar el sistema democrático español. Sin duda es el más paradigmático. Aunque en otros ya asoma ese mismo rasgo de obsolescencia y caducidad. Es cuestión de tiempo.
Nacido al calor del movimiento ciudadano del 15M, Podemos supo capitalizar el profundo malestar social. Para muchos representó la gran esperanza progresista, una suerte de mesías capaz de acabar con el bipartidismo. Los integrantes de Podemos, con Pablo Iglesias a la cabeza, hicieron realidad los postulados de su manifiesto fundacional transformando la indignación en cambio político. Consiguieron tener más de setenta escaños en el Congreso y hasta han formado parte del Gobierno.
Ahora, descabezados, disgregados y expulsados del paraíso gubernamental, sólo conservan cinco diputados licuados en el Grupo Mixto. Como las moscas, su ciclo vital ha sido vertiginoso. Aquel huevo incubado en una tienda de campaña en la Puerta del Sol eclosionó con ímpetu dando lugar a una larva que en un abrir y cerrar de ojos se convirtió en crisálida de la que salió la gran mosca morada. Huevo, larva, pupa, adulto. Los trances para los que otros partidos han necesitado cien años, Podemos los ha pasado en poco menos de diez: fundación, auge, consolidación, toma de poder, decadencia, guerras internas, corrupciones, deserciones, ajustes de cuentas, traiciones, segregaciones, destierros, defenestraciones. La vida… de una mosca.
Mi libro de Ciencias decía que hay muchos tipos de moscas. No sé a cuál de ellos pertenece Podemos, pero quizás Augusto Monterroso pueda darnos una pista con su fábula «La Mosca que soñaba que era un águila». En ella una mosca soñaba cada noche que era un águila y volaba por los Andes y los Alpes. Al principio esto la hacía feliz, pero pronto se sintió incómoda con las enormes alas de águila, el cuerpo demasiado pesado, el pico demasiado duro y las garras demasiado fuertes que tanto le impedían posarse a gusto sobre los ricos pasteles o sobre las inmundicias humanas. En realidad, nos dice Monterroso, aquella mosca no quería andar en las grandes alturas o en los espacios libres. Ahí queda su historia. Por el momento...
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