La caverna

Es el ejemplo de que en el fútbol se vive una realidad paralela, que es un paraíso de ricos dentro de un país de pobres, un territorio sin leyes donde se imponen las reglas del más fuerte como en un documental en el que los leones machos devoran a los ñus que han cazado las leonas.

Sé que mi país está dando un ejemplo espantoso de machismo retrógrado, pero al mismo tiempo estoy orgullosa porque ese mismo país ha dado una lección magistral. Ya no se toleran ciertas cosas como ocurría no hace tanto. Y no se trata de un código de manual de correcciones políticas. No, es algo llamado ética, razón y dignidad.

Este tipejo simboliza la caverna, una caverna que vive en chalets de lujo, viaja en primera clase y gana sueldos obscenos. Y, sin embargo, ayer se presentó como una víctima de la sociedad y de las brujas, las histéricas y las locas. Una perversidad de nuestro tiempo es que los opresores piensen que son las víctimas. ¿Quién quiere creer que el beso con la futbolista Jenni Hermoso fue consentido? Hemos vivido tantas veces esas situaciones… Y en tantas ocasiones hemos visto cómo esa escena se ha tergiversado de forma que la mujer era la provocadora, la incitadora, la 'femme' fatal.

En esta historia está simbolizada la crónica de muchas mujeres subordinadas. De muchos silencios. Se ha dicho que todo esto ha eclipsado la victoria deportiva, pero yo creo que se ha ganado mucho más. Lo otro hubiera quedado en la pequeña historia del deporte; lo sucedido entra en la gran historia del progreso y de la justicia. Porque después de todo esto, España es un país mucho mejor. Mientras que Rubiales y los suyos no serán más que un eco amargo del pasado.