La información embarrada
Responsabilidades, como si el alcalde, el concejal de Seguridad o el meteorólogo de guardia de la Aemet pudieran predecir el aguacero
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Iniciar sesiónSólo un día después del temporal que ha dejado anegados garajes y sótanos del centro de Sevilla llega la hora de pedir responsabilidades. Como si el alcalde, el concejal de Seguridad o el meteorólogo de guardia de la Aemet estuvieran obligados a predecir que una ... tromba de agua iba a desbordar el alcantarillado. Oh, sorpresa. Llueve en octubre y lo hace de forma torrencial. Se arrían los parques, se forman balsas en algunas calles y hay un caos de tráfico en la ciudad. Lo hemos vivido decenas de veces, pero con los primeros rayos del sol tras la tempestad todo quedaba terminado. Se ayuda al comercio, al bar o a la comunidad de vecinos que ha sufrido los daños y se pasa página. No hay más debate en torno a lo que es irremediable.
Pero la bochornosa imagen de ayer de los políticos pidiendo responsabilidades por no decretar una alerta o no haber cerrado los colegios en Sevilla ensombrece aún más el triste aniversario de la tragedia de Valencia. El sólo hecho de situar en el mismo plano el aguacero de Sevilla con la dana que se llevó la vida de 229 personas me resulta deleznable. Las discusiones encendidas en las redes sociales, la extrema polarización, la información embarrada que se lanza con la única intención de encender los ánimos sólo contribuyen a distorsionar la verdad y acrecentar el enfado.
Todo ese barro es más difícil de limpiar que el que deja la tormenta. Un barro que se utiliza como arma electoral cuando el adversario político huele la debilidad. Y en esa gresca se llevan por delante el prestigio de profesionales, funcionarios y hasta el de instituciones de acción social. Lo vimos hace un año en la dana con campañas orquestadas a través de las redes sociales contra Cruz Roja, acusándola de no atender a las víctimas, a pesar de que sus técnicos y voluntarios fueron los primeros que se vieron sobre el terreno montando albergues, repartiendo comida, ropa y materiales para la higiene. Ayudando a tramitar partes de seguro, ayudas públicas y acompañando en el duelo a los que habían perdido a seres queridos.
La lamentable crisis de los cribados también ha tenido una buena dosis de desinformación, con acusaciones de borrado de pruebas, obligando a alzar la voz a los sanitarios en defensa de su dignidad profesional. Hasta una especialista, que además fue consejera de Salud con el gobierno de Susana Díaz, ha dicho públicamente que no se pueden manipular las mamografías. Dónde queda el sentido común en todo esto. La noticia es la noticia, no se puede estirar hasta que se rompe porque entonces deja de ser información y se convierte en ruido, que a veces se torna ensordecedor y doloroso.
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