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Tribuna Abierta

Un Domund entre dos pontífices

El día del Domund es un reclamo para una Europa adormecida y una iglesia tantas veces de sofá

Eduardo Martín Clemens

De esta manera, lleva esperanza allí donde la esperanza es más difícil, donde parece casi imposible, porque se enfrenta, no a un vago vacío existencial como el que tantos fieles se enfrentan en las sociedades ricas occidentales en las que nada al margen del consumo ... y el bienestar hedonista parece tener sentido. No, su labor es mucho más radical. Es llevar esperanza allí donde las condiciones humanas marcadas por la miseria, la violencia, el hambre, parecen hacerla casi imposible. Llevarla a una madre que acaba de ver morir a su hijito en sus brazos por no tener una medicina que nosotros tantas veces tiramos cuando ya ha caducado. A aquellos a los que la pobreza se une las formas más abyectas de explotación como ocurre en tantas minas de África en las que el trabajo no redime, sino que destruye la salud, te hace vivir en permanente inseguridad, te embrutece y apenas te permite dar comer a tu familia.

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