EN LÍNEa
Regeneración o extinción
El PSOE andaluz está por los suelos y la llegada de Montero no ha ayudado. Ya sólo sirve un reseteo en el que ella, que es más de lo mismo, no encaja
MÁS allá de las sensaciones que pueda o no ofrecer el momento que atraviesa un partido político determinado, todos los trabajos demoscópicos más recientes apuntan al mismo lado. El último, la encuesta para ABC Andalucía de GAD3: el PSOE andaluz está por los suelos. Empeora ... de nuevo sus resultados y, a tenor de los sondeos, obtendría en este momento su peor registro histórico si se celebrasen comicios nacionales con apenas 20 diputados que aportar y con una suma que no llegaría a 30 actas en el caso de elecciones regionales. Y eso que la labor de campo se hizo antes de que estallara del todo el caso Koldo. Tan penoso es el devenir del partido en la región que sus responsables han sido capaces hasta de empeorar las expectativas electorales con respecto a los lamentables resultados de Juan Espadas. Ni a eso llegan en este momento, en el que el defenestrado exalcalde de Sevilla acaricia la cabeza de su gato sentado en un sillón mientras observa, mascando media sonrisa inconfesable, lo que están haciendo quienes le han sucedido en la dirección del PSOE-A.
El descalabro que muestran las encuestas debe relacionarse en buena medida con la arribada de María Jesús Montero como secretaria y candidata. Quien tomó la decisión sabrá, pero sólo a una mente retorcida le puede parecer buena idea que la ministra de Hacienda (departamento tan apreciado por los españoles), y responsable del lacerante reparto del dinero entre las comunidades que tanto castigo está infringiendo a los andaluces para contentar a los independentistas catalanes, sea la cara visible y el cartel del puño y la rosa. Hace falta un reseteo y la sevillana no encaja. Para el electorado es más de lo mismo, ya que su imagen está lastrada por las tramas tanto de los ERE, al haber estado con Chaves y Griñán, como ahora por los nombres de Koldo, Ábalos, Cerdán y compañía. Es vicepresidenta de ese Gobierno de Pedro Sánchez chamuscado que ha dado casa, mantel y cama (sobre todo cama) a esta cuadrilla. Por si fuera poco su bagaje, tampoco ayuda su estilo histriónico, desmedido, chillón, faltón, populista y demagogo que sus correligionarios en las Cinco Llagas han ido haciendo suyo con tremendo artificio para poder seguir saliendo en la foto, como se aprecia con la portavoz parlamentaria, María Márquez, o el renacido e impostado Mario Jiménez, que gasta cada día más en pastillas para la afonía. Los andaluces rechazan ese ruido, como demuestran los sondeos.
En el sur, por supuesto, los socialistas también pagan la descomunal degradación de las siglas en toda España por la corrupción, que ya es sello indiscutible del sanchismo, y encima se han quedado sin capacidad de influencia ni voz, absorbidos por Ferraz. Ante este panorama, sólo parecen quedar dos vías: regeneración o extinción. La primera no pasa ni por Sánchez ni por Montero. La segunda parece que sí.
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