Suscríbete a
ABC Premium

EN LÍNEA

El ejemplo

Lo que la Iglesia andaluza ofrece estos días al hablar de migrantes es lo que falta en la arena política: integridad, humanismo y coraje

Eduardo Barba

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Existe aún una especie de islote a salvo de los mensajes o demasiado radicalizados o demasiado ambiguos o demasiado tibios en torno al drama de la inmigración. El obispo de Almería, Antonio Gómez Cantero, mostraba hace unos días una acérrima defensa del nuevo centro de ... acogida que se ubicará en el seminario menor de la ciudad. El sacerdote subrayaba que se destinará a la formación sociolaboral y que no se trata de «un lugar conflictivo para personas problemáticas». Fue claro en su espaldarazo. «Si hiciera falta, yo mismo me vendría aquí a vivir con ellos», proclamó con valentía y con actitud ejemplar. Enojado y triste, salía así al paso del rechazo mostrado por un grupo de padres del colegio adyacente al seminario en el que está previsto poner en marcha este dispositivo para ayudar a los jóvenes migrantes. «No se trata solo de dar cursos —dijo—, sino de crear un hogar. La Iglesia siempre ha estado allí donde ha habido necesidad: con los enfermos de sida, con los emigrantes españoles en Francia, con quienes nadie quería acoger. Y ahora nos toca estar aquí».

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia