EN LÍNEA

Camino a la oscuridad

Poco a poco, podría pensarse que de forma intencionada, se va generando un clima de agitación y ruptura social con final inquietante. ¿Por qué?

Culminó el PP-A su congreso el domingo en Sevilla sosteniendo una bandera cada vez más complicada de enarbolar y diríase que hasta raída: la de la moderación. No corren buenos tiempos para la mesura y el rigor políticos y a pesar de que el ... pueblo andaluz es calmado social, cultural y casi antropológicamente —la calle hace el contacto y el contacto, el entendimiento—, cada vez se hace más dificultoso incluso en las latitudes meridionales mantener un mensaje de sosiego, diálogo y hasta entendimiento. Juanma Moreno se empeña, pero cada vez son más los que opinan que su intento de mantener sujeto el timón en esa dirección tiene un grado de buenismo e ingenuidad que ya no funciona en estos tiempos de ruido, acusaciones y crítica.

Observando el panorama nacional, se empieza a entender a quienes dudan de esa ponderación como fórmula para retener la mayoría social en el sur. Porque al otro lado juegan la partida con normas bien distintas. Más bien, sin normas. Y luchar contra la anarquía o la inmoralidad se antoja en muchas ocasiones como una misión imposible. La izquierda se ha radicalizado por completo a nivel nacional y apenas se perciben ya diferencias significativas entre el comunismo y el socialismo. De Zapatero para acá, la frontera se ha ido difuminando hasta culminar en el sanchismo imperante, el frentepopulismo empeñado en ir borrando todas las normas de convivencia y normalidad democrática para generar una polarización cada vez más próxima al término 'extrema'. Dirán los entendidos, los condescendientes, los tibios y hasta los agradadores que se trata meramente de estrategia electoral, pues esa implantación paulatina de discursos muy distantes beneficia al PSOE. «La extrema derecha o yo». «Que vienen los fascistas». Pero ante el devenir de los acontecimientos, uno acaba preguntándose si se trata sólo de eso. Porque todo empieza a parecer otra cosa bastante peor, más peligrosa y deliberada. Y el final del camino podría ser muy oscuro y poco contemplado en este momento por la gente.

¿Qué interés o motivo puede tener el Gobierno o los socialistas, que lo mismo es, en tensar tanto el ambiente? ¿Por qué se fomenta permanentemente esa agitación en las calles en contra de los gobiernos autonómicos del PP, como está ocurriendo en las protestas 'por la sanidad' que vienen engordando con la levadura de los bulos? ¿Por qué los esbirros a jornada completa de TVE se empeñan en perpetrar la peor de las propagandas que se recuerdan ante las cámaras desde que amanece hasta que concluyen las emisiones de cada día? Poco a poco, de manera sutil, se está generando un clima de ruptura social y de convulsión que parece calculado para que desemboque en un escenario de alteración callejera y hasta violencia. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Quién puede asegurar que no se trata de un objetivo interesado? Avisados estamos. O deberíamos estarlo.

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