Quemar los días
1.700 euros al segundo
Confieso que sentí vergüenza ajena al escuchar las previsiones de negocio de la Feria de Sevilla en boca de Juanma Moreno
En los primeros días de la Feria de Abril, el presidente de la Junta, Juanma Moreno, se mostraba muy ufano al ofrecer ante los medios las previsiones de negocio que generaría la celebración para la ciudad. No pude evitar el acceso de vergüenza ajena cuando ... el presidente destacó que la Feria supone 1.700 euros de ingresos cada segundo, y seis millones cada hora. Nadie aclaró, o por lo menos las crónicas no lo recogen, cómo se habían cocinado esos datos, pero inevitablemente mi imaginación se coló en la reunión preparatoria de esa comparecencia durante la víspera, en el sanedrín de asesores, responsables de gabinete y equipo técnico del presidente, mientras perfilaban las cifras. «¿Cuánto al día?». «Ponle, yo qué sé, unos cien millones». «¿Y a la hora?». «No sé, ¿cuántas horas hábiles tiene un día de Feria?». «Mmmm, ¿dieciséis?, ¿diecisiete?». «Venga, pues haz una media aproximada». «¿Siete millones?». «¡Lo dejamos en seis!».
La frivolidad a la hora de calcular las previsiones de un acontecimiento es parecida al cálculo cuando el acontecimiento ha terminado. Mi experiencia profesional me ha permitido estar cerca, como parte del equipo técnico, de la gestión de algunos de estos acontecimientos. En uno bastante señalado del calendario anual sevillano, asistí en primera persona a cómo se estimaba el negocio generado por el evento: una conversación en plan compadre, sobre un folio en blanco, como dos tenderos regateando el precio de una prenda en un mercadillo. Lo sorprendente es que, ni en ese ni en prácticamente ningún otro caso, los periodistas buscan ir más allá del dato. Cuando, continuamente, conocemos las rutilantes cifras de los beneficios generados por un congreso, un concierto o cualquier tipo de acontecimiento -el más reciente, la Copa del Rey, que según el Ayuntamiento dejó en la ciudad «unos» 67 millones de euros-, la cifra queda ahí, en el aire, sin contraste ni matiz, como una evidencia incontestable pero raramente argumentada. Cuando esos acontecimientos son recurrentes, nunca, además, dejan de crecer de año a año: más beneficios, más visitantes, más todo. Con la razonable salvedad de los años de pandemia, no conozco edición de Sicab, Feria del Libro o Bienal de Flamenco o cualquier otro tipo de actividad que no haya crecido de un año para otro en todos sus indicadores. El tanto por ciento es una herramienta muy socorrida para evitar la precisión del dato, y el porcentaje, claro, siempre es de crecimiento.
En la cabeza de los asesores del presidente, 1.700 euros de ingresos al segundo era un titular flamante. A mí me resulta, sin embargo, de una ridícula frivolidad, amén de parecerme un síntoma de pereza intelectual. Mejorar la calidad del discurso político tiene que ver también con ese tipo de detalles. Exijámonos más rigor.
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