Tribuna abierta

El nuevo modelo andaluz

Juanma Moreno, un político sin aristas, demostró con su gestión que los clichés que inspiraban el miedo a la derecha eran falsos

Una vez recuperado de una inesperada intervención quirúrgica retomo esporádicamente el hilo de la actualidad política en esta acogedora tribuna abecedaria. Pretendo, bien pertrechado de agradecimiento por el cariño expresado hacia mi por amigos, compañeros y lectores, destacar el hecho cierto de que Andalucía es ... gobernada por primera vez desde que en 1979 se creó la Junta por un gobierno de centroderecha con mayoría absoluta. O sea, que no ha necesitado coaligarse con otra formación como ocurrió en la legislatura anterior y, por tanto, tiene las manos libres para ejecutar la gestión política que estime oportuna. Así lo han querido los andaluces con sus votos, provocando un vuelco histórico como expresión de un cambio sociológico larvado en la última década y media.

Los tiempos que se aventuran son difíciles y podría alegarse que esa circunstancia es ya de por si un corsé suficiente para limitar la acción de gobierno. La voluntad reiterada del presidente de la Junta de utilizar el diálogo y el consenso como instrumentos imprescindibles para gestionar Andalucía es otro factor de moderación en la labor del nuevo Ejecutivo. Pero desde la centralidad que aspira a representar Juanma Moreno, que ha sido una de las claves de la mayoría absoluta, existen espacios suficientes para profundizar en esa otra manera de hacer las cosas apuntada durante el primer mandato. Ello redundará en la consolidación del voto prestado.

Juanma Moreno alcanzó la Presidencia de la Junta de Andalucía tras una carambola a tres bandas y cuando algunos en su propio partido le daban por finiquitado al frente del PP andaluz. Para colmo no tuvo otra opción para formar gobierno que aliarse con un partido incierto como Ciudadanos y apoyarse en el grupo parlamentario de Vox. Los socialistas que habían extendido su presencia en la vasta estructura burocrática de la administración autonómica aventuraban la previsible fugacidad de un mandato circunstancial. Tranquilos, repetían por los pasillos, que en un par de años vuelven los nuestros… Quién lo iba a decir. El miedo sociológico que inspiraba la derecha, identificada sobre todo en el mundo rural con los señoritos, el franquismo y los latifundios, había sido alimentado desde los distintos gobiernos socialistas como una fórmula que garantizaba su permanencia en el poder. La red clientelar tejida con idéntico propósito gracias a las subvenciones, contrataciones y favores a los agentes económicos y sociales y a los colectivos ubicados en la órbita de la izquierda representada por el PSOE fidelizaba los apoyos. Los indudables avances de Andalucía en desarrollo y bienestar social eran asimilados al 'gobierno de progreso' como si el resto de regiones españolas y europeas no hubieran crecido en parecidos o superiores parámetros.

Es esta condición de comunidad descolgada en los últimos vagones de renta y desempleo de España y Europa pese a las 'modernizaciones' celebradas por la propaganda oficial del gobierno de turno la que operó un cambio en el imaginario colectivo. Los andaluces empezaron a cuestionarse si otra Andalucía era posible. El miedo a la derecha convenientemente azuzado en vísperas de las elecciones dejó a las puertas de San Telmo a Javier Arenas en 2012. Tardaría el PP seis años en hacerse de forma sorpresiva con el control del Ejecutivo. No ha desaprovechado la ocasión. Los temores sobre la supuesta fugacidad del Gobierno empezaron pronto a disiparse. Ciudadanos fue un socio leal gracias en buena parte al trabajo sordo del tándem Elías Bendodo/Juan Marín. Juanma Moreno, un político sin aristas, demostró con su gestión que los clichés que inspiraban el miedo a la derecha eran falsos. Su talante moderado y dialogante venció la resistencia de quienes padecieron la soberbia y la ineficacia de anteriores gobernantes. Es ese camino de centralidad el que le ha convertido en el líder de centroderecha capaz de ganar por mayoría absoluta en Andalucía, algo impensable hace unos años.

(*) Álvaro Ybarra Pacheco es director de ABC de Sevilla

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