La Alberca
El supersábado hispalense
No hay otra ciudad de su tamaño en el mundo que tenga una oferta de ocio como Sevilla
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EL ocio es el gran transformador de la Sevilla del siglo XXI. La ciudad se ha convertido en un escenario muy competitivo para los operadores culturales de todo el mundo porque tiene espacios para toda clase de espectáculos, un clima muy agradable durante nueve meses ... al año, una planta hotelera de primer nivel, un tamaño asequible para los desplazamientos y una posición geográfica envidiable. No hay un solo tour de cualquier estrella que no recale aquí. El estadio de la Cartuja permite los conciertos multitudinarios, la plaza de toros los selectos, el Cartuja Center los de formato medio, el Maestranza los clásicos… Y a esto hay que añadir los partidos de fútbol de los dos equipos locales y las finales de Copa, las cofradías, la Feria, festivales fijos como Icónica o Interestelar, la Bienal de Flamenco, el Festival de Cine y el de Música Antigua, las Noches del Alcázar, las exposiciones de Cajasol y Caixafórum… No hay otra ciudad de su tamaño en el mundo que tenga una oferta de ocio como Sevilla.
El hecho en sí mismo es un tesoro a conservar porque la importancia de una capital se mide por su agenda cultural, que es la prueba del algodón del desarrollo y el bienestar de un territorio. Pero también exige una gestión a la altura. Parece un chiste que todavía no se haya instaurado la tasa turística, un ingreso que permitiría a los sevillanos amortiguar el coste en servicios públicos que supone para la ciudad ser un escenario ocupado por visitantes. La limpieza, la seguridad y el transporte tienen que adaptarse a este modelo y, sin embargo, esos recursos los pagamos exclusivamente los sevillanos. Quizás también es la hora de plantear un sistema fiscal metropolitano. Pero sobre todo es urgente organizar la agenda para evitar el caos. Hasta el momento, el calendario de acontecimientos lo van fijando los promotores sin que el Ayuntamiento establezca un orden mínimo que permita regular la movilidad o los sobrecostes de Lipasam y la Policía. Sevilla necesita una delegación de eventos, una concejalía que distribuya los actos de manera racional y evite situaciones como las de ayer en la Cartuja, con Manuel Carrasco en el estadio y el Interestelar a apenas unos metros. No puede ser que un mismo día se celebre una salida extraordinaria, el maratón, un mercadillo solidario, un partido de fútbol, una corrida de toros y una ópera en el Maestranza. Y que luego estemos dos fines de semana sin nada. Porque es imposible moverse por la ciudad, porque no hay agentes suficientes para todo a la vez y eso obliga a pagar horas extra y porque sitúa al consumidor de ese ocio ante disyuntivas innecesarias. Mejor que el supersábado hispalense, el superaño. Que para disfrutar antes hay que trabajar.
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