LA ALBERCA
Las palomitas de Espadas
Montero ha demostrado ser la 'Murphy' del sanchismo: todo lo que podía salir mal, ha salido aún peor

El mensaje que Juan Espadas envió a la Comisión Ejecutiva Regional del PSOE unos días después del Congreso Federal de Sevilla cobra ahora una nueva vida. El entonces líder socialista andaluz convocó al aparato al cónclave territorial, posterior al nacional, con estas palabras: «Id reservando ... asientos y comprando palomitas». Aquellos eran momentos de mucha zozobra para él porque Pedro Sánchez le había ninguneado en Sevilla, donde Santos Cerdán fue proclamado Secretario de Organización, y todas las corrientes del partido apuntaban ya sin ambages a su inminente sustitución en Andalucía en favor de la ministra María Jesús Montero. La maniobra para apartarle estaba en su fase final y Espadas se sentía engañado por el presidente, que le sacó de su plácida alcaldía de Sevilla para derrocar a Susana Díaz en unas primarias que, según la expresidenta de la Junta, estuvieron condicionadas por las reuniones que mantuvo Ábalos en un hotel de Triana con los jefes provinciales para convencerles de que tenían que promover el voto para Juan. Hace sólo unos días, en un acto con antiguos alcaldes, confesó su error: «He sido alcalde durante seis años y la verdad es que, tal y como están las cosas, lamento no haber seguido». Había ganado en Sevilla con cierta solvencia, tenía buen cartel, pero decidió echarse en brazos del sanchismo y ahí lo perdió todo. Con el tiempo se dio cuenta y terminó recomendando comprar palomitas.
El exalcalde no sólo ha visto caer a quienes le usaron groseramente para sus intereses en Andalucía después de un informe de la UCO en el que sobresalen las indecencias con el puente del Centenario, a partir de ahora llamado 'puente de las mordidas', sino que está asistiendo también, con palomitas, al fracaso de la operación diseñada en Ferraz para sustituirle. La encuesta de GAD3 para ABC confirma la solidez de Juanma Moreno, a quien pronostica una nueva mayoría absoluta, y del PP en Andalucía, que en unas hipotéticas generales escalaría hasta los 28 escaños. Pero sobre todo ese sondeo apuntala el declive de un PSOE que sacaría su peor resultado histórico en un territorio que hasta hace apenas unos años fue su gran bastión. Sin embargo, el dato más demoledor de este estudio demoscópico es el de la comparación de Espadas con Montero. Sólo el 26 por ciento de los encuestados considera que ella es mejor candidata mientras que el 37 cree que es peor. Es decir, el efecto espuma que el sanchismo esperaba conseguir en Andalucía con la vicepresidenta ha sido un espejismo. Montero es la 'Murphy' socialista: todo lo que podía salir mal, ha salido aún peor. Por lo tanto, el problema no era Espadas, sino el partido, que decidió dirigir Andalucía desde Madrid y lo único que ha conseguido es consolidar al PP. La estrategia de Sánchez ha sido una pifia y el derrocado lo sabía. Se fue a comprar palomitas. Y ahora está sentado al fresco viendo pasar el cortejo fúnebre del que le han librado los que antes le habían gestionado las primarias en el hotel de Triana, muy cerca de donde tenía su patio Monipodio.
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