LA ALBERCA
Libertad sin ira en los ERE
No se trata sólo de que la indulgencia sea correcta jurídicamente, sino de que sea justa. Si no, es un privilegio
La privación de libertad es el mayor castigo al que podemos someter a una persona en un país civilizado. Enjaular a alguien es la medida más dolorosa que existe para todas las partes, tanto para el castigado como para el castigador. Siempre me ha inquietado ... la angustia que imagino a un juez en el momento de dictar una sentencia de cárcel. Pero el estado de Derecho tiene que aplicar penas de prisión para garantizar el bienestar común, el interés general y la paz social. España es un país con una de las estructuras jurídicas más sofisticadas del mundo para preservar los derechos generales. Aquí no se castiga por capricho. Sin embargo, ese sistema se puede ver violentado si la sociedad percibe tratos de favor a determinados delincuentes por su condición económica o política. Eso fue precisamente lo que se puso a prueba con la condena a Iñaki Urdangarín. Y pudimos comprobar que el Estado funciona y que el artículo 14 de nuestra Constitución se cumple: «los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social». La Justicia, pronunciada en mayúsculas, es el principio supremo de la libertad. Pero de un tiempo a esta parte están ocurriendo cosas que aproximan a España a un régimen bananero. Puigdemont se ha fugado dos veces, la segunda de ellas con alevosía y ante las cámaras de televisión. Todos los procesados por el golpe de estado en Cataluña han sido indultados. Y ninguno de los condenados por el escandaloso fraude de los ERE en Andalucía está en prisión apenas dos años después de la sentencia pese a que la menor pena de cárcel impuesta fue de seis años. ¿Ocurre esto con todos los presos? Si crees que no, tenemos un problema.
No se trata sólo de que la medida sea correcta, que a lo mejor lo es desde el punto de vista técnico. Los indultos están bien resueltos jurídicamente, la amnistía ha sido aprobada por el Congreso, el Constitucional ha rebajado la responsabilidad política de los ERE —la dimensión del fraude no—, la aplicación del tercer grado es legítima... Se trata de este carrusel de indulgencias ha generado en la sociedad una sensación de desigualdad atroz porque nunca antes se había indultado y amnistiado a golpistas, jamás antes un presidente del Gobierno había jaleado en un mitin a una persona condenada a la que apenas unos días después el Constitucional le rebajaba la condena y no hay precedentes de que en un caso de la envergadura de los ERE el Gobierno haya defendido a los condenados como víctimas de una supuesta cacería. Ojalá nadie tuviera que ir a la cárcel, pero es más importante que Estado garantice la igualdad ante la ley. Los presos de los ERE ya están fuera y me alegro por ellos. Lo que no tengo tan claro es que esta sea la célebre libertad sin ira de Jarcha que la izquierda convirtió en un himno durante la Transición. Pero no hables, que te dicen facha. Guárdate tu miedo y tu ira.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete