La Alberca
Ha ganado Doñana
El acuerdo entre el Gobierno y la Junta es un triunfo del sentido común, no de otro partido político
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Iniciar sesiónHay un texto inédito en el 'Diario de la Argónida' de José Manuel Caballero Bonald que sirve para explicar la paz que la Junta de Andalucía y el Gobierno de España firmaron ayer en Doñana. Dice así: «Pasa el fugaz turbión del tiempo, pasan los ... segmentos dispares de la historia, pasan los sitios aleatorios del deseo. Lo único que finalmente persevera es el silencio con que imparte la vida su enseñanza». La mudez del Coto ha permitido el vocerío político de estos meses, pero a veces es necesario recordar que ese silencio con el que imparte la vida su enseñanza es eterno y, en cambio, nuestro bullicio es coyuntural. Doñana tiene varios miles de años. Es un territorio en perpetua agonía. Sabe defenderse solo. Como también escribió el poeta jerezano, «Doñana es indestructible. A pesar de tantos síntomas de menoscabo, la 'tierra-madre' acaba siempre castigando al que la ultraja». Dice Caballero que incluso en el agotador verano, cuando la marisma se transforma en erial estepario, «sembrado de osamentas y agrietado por el sol», se filtra por alguna de las grietas de su desierto un grito de esperanza: «Volverá el agua y, con ella, la vida». Ayer regresó al menos el silencio al paraíso.
La socialista Teresa Ribera venderá que le ha doblado la mano al PP en Andalucía después de su bravata con la ley de regadíos. Los argumentos burdos funcionan en los treinta segundos del telediario. Pero la verdad es siempre larga de contar. Y el presidente de la Junta de Andalucía también podrá decir que su pulso ha servido para que los agricultores de la zona tengan una expectativa que el Gobierno les negaba. Es una obviedad decir que en Madrid se tragaron con dificultad el giro de guion de Juanma Moreno cuando anunció en el Foro de ABC la compra de Veta la Palma para ampliar el Parque Nacional y mantener bajo gestión pública la única reserva hídrica artificial que hay en la zona. ¿Cómo aguantar, después de eso, el alegato de la derecha negacionista? Casualmente, Ribera pasó de llamar a Moreno 'señorito' y 'terrorista medioambiental' a hacerle una vista en San Telmo para proponerle un pacto. En Doñana había un problema muy distinto del que denunciaban desde la meseta. El líder socialista andaluz, Juan Espadas, lo sabía. Por eso fue a visitar a los agricultores durante la campaña electoral. El cultivo de frutos rojos es el único motor económico de la comarca. Había que encontrar una solución para salvaguardar la reserva natural sin perjudicar a los vecinos. La propuesta andaluza era muy arriesgada, eso nadie lo duda. Pero quedarse quietos no era una opción. Así que después de muchas acusaciones gruesas, el apoyo del Gobierno a plataformas extranjeras que solicitaban dejar de comprar fresas de Huelva, insultos soeces y argumentos falaces, se ha llegado a un entendimiento que satisface a todas las partes. Sale ganando todo el mundo y no hay derrotados. Se llama política. Y a ver si ahora, junto al pino que arrullaba la muerte de Platero, persevera por fin el silencio con que imparte la vida su enseñanza hasta que vuelva el agua.
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