TODO IRÁ BIEN
Por ver arder a Podemos
El feminismo no os ha hecho más libres sino más revanchistas y más cínicas
Los clubes se hartan del Barça
Europa cínica, destrozada
Que los líderes de Podemos hayan usado su poder y su aureola para seducir o intentarlo no tendría que ser delictivo ni nada de lo que avergonzarse. Ser baboso es una pena –y una pena compartida, 'hypocrite lecteur, mon semblable, mon frère!'– pero no ... un motivo para ir a la cárcel. Los hombres siempre hemos usado el dinero y el poder para fascinar y las mujeres siempre han usado el sexo para acceder al poder y para retenernos. La plaza Vendôme es el resumen del mundo, con la columna que Napoleón mandó levantar con la chatarra del ejército enemigo, las altas joyerías donde los hombres fascinan, el hotel Ritz donde las mujeres acceden, y puerta con puerta el Ministerio de Justicia para que tengas claro qué opina de todo ello la República Francesa.
El feminismo no os ha hecho más libres sino más revanchistas y más cínicas. Las acusaciones de agresión sexual contra los políticos de la extrema izquierda no revelan que sean malas personas sino unos idiotas. Y no por haber intentado ligar con una fan o con una alumna sino por haber linchado a Plácido Domingo a cuenta de las habladurías de una cantante a la que invitó a cenar prometiéndole un determinado papel en una ópera, que además le consiguió. No es agresión ni mucho menos sexual. Es nuestra condición enrevesada, descarnada, imperfecta y que se mantendrá intacta cuando palidezca esta reciente inquisición sexista.
Otra cosa es que muchos piensen que tal como están los tiempos sea mejor pasar de agache. Pero todo el mundo sabe que el vicepresidente Vance tiene razón y la libertad de expresión está en retroceso en esta Europa tiranizada por la regulación, la burocracia, la mentira como antídoto de la verdad –y no al revés– por miedo a las represalias. 'Sou vosaltres qui heu fet del silenci paraules'.
También sabemos, aunque callemos, que no guarda proporción con un beso que el señor Rubiales tenga que cargar de por vida con una condena por agresión sexual. Su lamentable actuación es motivo de cese pero no del circo judicial que se le ha organizado. Que la señora Hermoso se sienta satisfecha por sus cinco minutos de fama, elevada como icono del combate igualitarista entre sus compañeras, se verá con el tiempo, y no mucho tiempo, como una grotesca degradación y no un progreso de nuestra era.
De fondo la derecha –esta derecha española tan palestina, que no pierde ninguna oportunidad de perder una oportunidad– atiza el fuego sabiendo que es injusto por el placer inmediato de ver arder al enemigo, sin darse cuenta de que acusaciones muy parecidas le esperan de parte de cualquiera que no logre sus objetivos y quiera exprimir el negocio alternativo de ser víctima. Si le quedara algo de inteligencia, y de decencia intelectual, el PP aprovecharía la debilidad ajena para subrayar el despropósito con magnanimidad paternalista –que es en lo que somos realmente buenos– y pactar unas nuevas reglas del juego.
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