Tian

El amigo de Maria es Tian. Te felicité por la valentía de haber dicho que tenías miedo delante de todo el mundo. Esto es ser un hombre. Saber decir que no cuando no quieres o cuando no te gusta. Si hubiera sido una clase de matemáticas nos habríamos tenido que quedar pero no hay ninguna necesidad de sufrir en lo que se supone que ha de divertirnos. No hay ninguna necesidad de ver 'El exorcista'. Fuiste increíblemente valiente, Tian. Y la mayor parte de las grandes decisiones que en los próximos años vas a tener que tomar se van a basar en decir que no. No a las drogas, no a subir en un coche si sabes que el conductor ha bebido. No a robar en una tienda aunque parezca fácil o desafiante con tus amigos. No a desobedecer a tus padres aunque creas que no van a descubrirte. No a abusar de los demás aunque creas que puedes sacar ventaja.

Es admirable que tuvieras el valor de reconocer tus sentimientos en público. No dejes nunca de decir lo que te da miedo o lo que te hiere. Ser valiente no es impresionar a los demás sino ofrecerles la exacta y luminosa medida de lo que eres. Yo empecé más o menos a tu edad, quizá un poco antes, a decir que no a lo que no quería, a lo que no encajaba con el sentido que ya entonces quería darle a mi vida. Equivocado o no, era el mío. Ahora al recordar cómo era hay cosas que cambiaría pero aún vivo desde aquel niño a veces triste, muchas veces solitario y casi siempre incomprendido que luego me ha permitido crecer siendo generoso, estando agradecido y sin miedo a pedir perdón cuando me doy cuenta de que me he equivocado o de que podría haberlo hecho mucho mejor.

Las chicas que creas que te quieren por tu temeridad no son las chicas que van a quererte. A las chicas las tienes que seducir con tu personalidad, con tu carácter, con tu militancia en aquello que define lo que eres. Igualmente, las chicas de las que de verdad vas a enamorarte no son las que menos miedo te digan que tienen a pasar pantallas todas de golpe sino las que te maravillen y conmuevan por su inteligencia y su manera de mostrarse como son.

Hay que estar mucho más seguro de uno mismo para querer que para odiar, para perdonar que para hacerse el ofendido que come una sola injusticia. Hay que ser mucho más valiente para enfrentarse al tumulto que para unirse al linchamiento. Querido Tian, si en la guerra de tus demonios con tus mejores ángeles algún día dudas entre hacer lo que es correcto o lo que es fácil, pregúntale al niño que tuvo el valor de salir del cine diciendo que no quería más porque le daba miedo sin importarle que se rieran de él la hilera de niñas que lo miraban.