La señorita de español

Fuiste muy dura conmigo. Cuando supiste que era disléxico todavía más. Contra el defecto, ninguna contemplación. Más rigor y más disciplina: más amor aunque esto no lo entienda la pedagogía de hoy. Me enseñaste a amar el idioma a través de la exigencia y la superación. Por ti puedo escribir este artículo. Pon la espalda recta. Haz buena letra. La ortografía es una higiene. No sólo corregías en rojo sino que además era un Edding de especial grosor para que fuera notorio el error y que cuando me devolvieras la redacción me hiriera lo que no había sabido hacer mejor. Escríbela otra vez. Y otra. No había atenuante ni permisividad ni mucho menos compadreo ante mi imperfección. Por ti fui un niño que a los diez años escribía sin faltas ni tachones.

Lo que entonces no sabía y lo supe cuarenta años más tarde el domingo, buscándola en Facebook tras nuestro encuentro, es que Roser es de Lérida y catalanoparlante e independentista pero ninguna desventura le impidió hablarnos siempre en español como la profesora de español que era. Y enseñarnos a escribir y a ser en el idioma que su militancia ideológica tacha de imperialista o de opresor y lo sé por las cosas peores que cuando tuve esa fiebre también escribí yo. El sentido de la pulcritud y del deber que Roser me transmitió fue el mismo que a sí misma se aplicó. Eran tiempos de más agallas, de más honor.

Contra la tara, más disciplina. Contra el arrebato haremos nuestro oficio y lo haremos con respeto. Eran otros tiempos y otro orgullo y otra dignidad. Nadie hablaba de derechos pero ¿qué otra cosa que el derecho a escribir en ABC me regaló Roser con la inalterable severidad de su magisterio? ¿Con qué otra ofrenda que con el derecho de descubrir mi vocación y de poder vivir de ella me educó la señorita de español? Roser y su insistencia rocosa y comprometida y liberadora mucho más que cualquier ideología: la suya o la mía, si es que yo tengo alguna. ¿Qué más da?

Piensa lo que quieras pero escribe bien. Escribe muy bien y este será tu legado. ¿Crees que los comunistas no han escrito frases elegantes? 'El axion esti', 'Altazor', las canciones de Silvio o de Lluís Llach. Algunos me llaman fascista y me enseñó una leridana independentista. Corregía en rojo infierno pero yo a los que veo traumatizados son a los que nunca suspenden y les ponen la nota con la cara de una sonrisa al lado y no aprenden nada.

Sólo cuando la línea divisoria deje de ser sectaria y sea la calidad mejoraremos como país y me da igual cuál. Esto es lo que trato de explicar y no me entendéis cuando os digo que a los niños hay que educarlos en los grandes restaurantes.