todo irá bien
Sandro
Sandro no será alcalde. Los que se lo han propuesto quieren dividir el voto de la derecha
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Iniciar sesiónSandro Rosell ha dicho que quiere presentarse para alcalde de Barcelona. Sandro Rosell ha dicho que sus cuatro años en la presidencia del Barça son los mejores de la historia del club. Sandro Rosell es muy poco inteligente. No hijodeputa. No imbécil. Simplemente no es ... inteligente. En Barcelona la gente lo dice cuando sale su nombre: «El problema de Sandro es que es tonto». Hace tiempo que se sabe que quiere ser alcalde y es verdad que entre la gente seria de Barcelona hay muchas ganas de deshacerse de la alcaldesa. Pero todo el mundo dice lo mismo: «Lástima que sea Sandro, porque es tonto».
Sandro es un tipo de catalán perfectamente catalogado: aseado, guapito, hijo de papá, incapaz de distinguir lo esencial de lo superfluo, ninguna personalidad que no sea heredada, presume de méritos nunca demostrados, ropa cara pero anodina, todos los restaurantes equivocados, resentimiento contra los válidos porque pese a todo nunca ha conseguido ser nada y es el primero que lo sabe. Sólo es catalanista para el victimismo. Sólo españolista para sacar ventaja. Nada, nada.
Tuvo dos años de abogado a Pau Molins, los dos años que se tiró en la cárcel, y tuvo que ser un perico, José María Fuster Fabra, contratado por su mujer, quien tomara las riendas del caso y en menos de quince días lo sacara. ¿Por qué no fue Sandro quien cambió de abogado? Porque no es inteligente y no lo sabe.
Pero lo más curioso de Sandro no es lo poco inteligente que es –todos tenemos un amigo así, al que sin embargo queremos– sino lo listo que se llega a creer. Como presidente del Barça fue un desastre: intentó cargarse a Guardiola, que al final se fue harto de aguantarlo; tenía la obsesión de vender a Messi y construir su proyecto deportivo alrededor de Neymar, por ser 'su' estrella; e insultó a Cruyff, que renunció a la presidencia honorífica del club con que le había distinguido Laporta.
Los éxitos que tuvo se debieron a la inercia de la etapa anterior. Hizo todo lo que pudo por meter a Laporta en la cárcel –que es donde precisamente él fue a parar– e intentó cargarse el modelo de club que Jan, Pep, Cruyff y Txiki Beguiristain habían consolidado. Como expresión máxima de su negligencia fichó de entrenador al tartaja mental del Tata Martino. Quiso vender a Ronaldinho antes de ganar la Champions. Se fue del Barça por la puerta de atrás porque sabía lo que había hecho e intentó bajar el perfil a la desesperada.
Creyéndose el más listo de la clase acabó siendo el más triste de Soto del Real. Le condenaron las malas decisiones que suelen tomar las personas que no piensan. Entró en la cárcel porque se juntó con quien no tocaba, donde no tocaba y para hacer lo que tampoco tocaba. Salió de la cárcel porque Fuster Fabra y su maestro Gonzalo Quintero son extraordinarios.
Sandro no será alcalde. Los que se lo han propuesto quieren dividir el voto de la derecha para favorecer a Colau, que pese a ser una pésima alcaldesa sabe mover sus hilos y ni se cree tan lista como Rosell ni lo es tan poco.
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