TODO IRÁ BIEN
La respuesta de Dios
Morante y Rosalía son las veces que nos preguntamos si las cosas podrían haber ido ir mejor
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Iniciar sesiónMorante y Rosalía son los dos genios en activo más importantes que tiene España. Ambos desbordan los límites de su oficio y lo elevan a categoría artística. Los dos son genios puros y para ellos sólo existen las jerarquías que lideran. Su genialidad consiste ... en ordenar el caos de lo innombrado y el valor de su arte está en razón directa de su alejamiento de lo convencional. Toda tradición es revolucionaria o un fracaso. A Rosalía le afean que actúe sin músicos. Lo rompedor en Morante es que su toreo expresa su amor por la vida, rompiendo con José Tomás y tantos otros enamorados de la muerte. Bergamín lo dice, la valentía es el truco de peor gusto de un torero.
La turba no entiende lo que no puede etiquetar y el gran problema español es que si bien producimos talento muy por encima de nuestra lógica demográfica, lo que nos sobra de genialidad nos falta de inteligencia. Sobre todo la inteligencia y la generosidad de reconocer el talento cuando emerge en lugar de odiarlo, exiliarlo o matarlo. La Historia es tan elocuente que sólo diré que llamar a Lorca antifranquista o comunista es volverlo a asesinar.
A Rosalía le dicen que no es flamenca. A Morante 'El País' le insultó el año pasado porque le dijo al presidente de La Maestranza que no tenía vergüenza, como si el presidente de una plaza fuera más importante que el genio que la llena, la tensa y redime. Éste es el crimen: la falta de trascendencia, el igualitarismo atroz, el pavor a lo que no cabe en la cuadrícula convertido en linchamiento al distinto. La férrea ortodoxia lanzada contra el aire violento de la genialidad que nadie puede controlar y que hace que el mundo siempre vuelva a empezar pegado a la angustia por salvarse.
Los que insultaron a Morante habrían desdeñado a Camarón llamándole drogadicto, borran a Kevin Spacey, censuran a Woody Allen, dijeron que Ferran Adrià intoxicaba a sus clientes y se atrevieron hasta contra Enrique Morente cuando destruyó sus cerebros versionando y superando a Leonard Cohen. Oye, esta no es manera de decir adiós. Hay una oscuridad española contra el milagro del genio, tal vez para compensar con algo de desdicha trágica que somos un país tan extraordinario.
La bondad sin inteligencia no tiene ningún mérito y cuando nos ponemos nostálgicos de otro tiempo para desmentir el nuestro certificamos que el mayor enemigo de nuestro vigor creativo es el desprecio con que por ignorancia y resentimiento cada generación dispara a sus genios.
Si 'El País' hubiera existido en el 36 habría mezclado al día siguiente las balas que mataron a Lorca y al general Goded. Lo hizo con Plácido. Siempre es el mismo crimen y en nombre de la misma mediocridad. El crimen es la democracia contra la calidad, el escarnio del destello, los Derechos Humanos como si se pudieran exigir –o tuvieran algún valor– sin los Diez Mandamientos. Morante y Rosalía son las veces que nos preguntamos si las cosas podrían haber ido ir mejor, y la deslumbrante respuesta de Dios.
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