Un regreso desesperado
Su regreso puede producirse a partir de ahora en cualquier momento, y no se sabe si tendrá elementos más circenses o más clásicos
Puigdemont reta a Sánchez con su posible regreso: «Si me detienen, no será la primera vez»
Puigdemont ha decidido quemar el último petardo de su pirotecnia cuando la fiesta ya ha terminado. Su detención es un intento desesperado de mantener un protagonismo que él es el primero que considera que ha perdido en la distancia. El expresidente ha querido siempre evitar ... la cárcel pero ha llegado a la conclusión de que es el único movimiento que le queda para intentar por lo menos salvar su prestigio con algo de épica.
Su regreso puede producirse a partir de ahora en cualquier momento, y no se sabe si tendrá elementos más circenses o más clásicos, pero sí que tendrá lugar antes de la investidura de Salvador Illa, prevista para finales de la semana que viene. La intención es presionar a los 20 diputados de Esquerra para que, con él en prisión, no se «atrevan» a votar al candidato socialista.
Nadie duda de su segura detención aunque existen distintos pareceres sobre qué pasará a continuación. El juez instructor Llarena dictará auto de prisión y el Tribunal Supremo va a confirmarlo, por lo menos hasta el día del juicio. El abogado del prófugo, Gonzalo Boye, le ha convencido del regreso con la promesa que a lo sumo va a estar encarcelado 72 horas por obra y gracia del recurso de amparo que va a interponer ante el Tribunal Constitucional, ya pactado con su presidente, Cándido-Conde Pumpido.
Esquerra se mantiene en que la detención que va a forzar Puigdemont como última «jugada maestra» no va a cambiar el sentido del voto de sus diputados. El Tribunal Supremo está convencido de que sólo prevaricando puede Conde-Pumpido dejar en libertad a Puigdemont, y duda mucho de que se atreva a comprometer su prestigio como jurista por intensas que sean las presiones que efectivamente está recibiendo del Gobierno, altamente implicado en ayudar a su socio parlamentario a esquivar la cárcel.
La base de este regreso es la derrota. El independentismo ha sido derrotado por el Estado. Junts ha sido derrotado por los catalanes en las urnas. Puigdemont ha sido derrotado por Salvador Illa, que la semana que viene va a convertirse en el próximo presidente de la Generalitat. El interés de este regreso es escasamente político -pese al ruido que va a generar, no va a frenar el cambio de ciclo en Cataluña- pero de alta relevancia judicial, por el pulso que va a plantear entre Manuel Marchena y Cándido Conde- Pumpido, dos jueces históricamente enfrentados, y que con Puigdemont como balón de trapo van a jugar el que tal vez sea el último gran partido de sus dilatadas trayectorias.
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D. Gonzalo Boye Tuset, invocando el ejercicio del derecho de rectificación de la L.O. 2/1984 con relación al artículo anterior, se ha dirigido a este medio solicitando que conste que nunca ha prometido ni asegurado al Sr. Puigdemont ni a ningún cliente el resultado de un asunto judicial, ni ha convencido a su cliente de su regreso con la promesa que a lo sumo vaya a estar encarcelado 72 horas, como consecuencia de un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, ni ha pactado con su presidente absolutamente nada, actuando en el ejercicio de su profesión con buena fe.