El póster de Obama

No importa cuánto te agrade el presidente de los Estados Unidos. Lo que importa es cuánto terror es capaz de infundir en quienes buscan destruir tu modo de vida libre y tu barco atracado en la bahía de la tranquilidad. Con Trump en el poder, Putin no se habría atrevido a invadir Ucrania ni Irán a atacar a Israel. Obama y Biden fueron presidentes débiles y por lo tanto belicistas; y aunque no sabemos qué tipo de presidenta sería la señora Harris, sabemos la vicepresidenta que ha sido y que su propio partido se avergonzaba de ella hasta hace pocas semanas. Ahora dicen que es la esperanza para salvar la democracia como lo decían de un presidente que no puede ni abrocharse los zapatos. No es culpable de estar enfermo pero es definitorio y dramático que a los demócratas sólo les queden descartes reciclados o mercancía averiada.

Que Trump es un bocazas yo estoy de acuerdo. Que sus formas son mejorables, también. Fue deplorable su papelón cuando en su nombre atacaron el Capitolio y tantos otros incidentes en los que no ha estado adecuado. Pero no comparto este desprecio fanático y fanatizante con que se habla y se escribe de un presidente que defendió a Israel como la causa de la libertad merece ser defendida: la embajada americana en Jerusalén y los acuerdos de Abraham con los países árabes, el mayor éxito de la diplomacia occidental en décadas. Los acuerdos comerciales con México fueron otro gran avance, no sólo en sí mismos sino como un modo de proteger los derechos de tus trabajadores aunque sus productos salgan más caros.

El odio al adversario y reducirlo a despojo humano es impropio de una conversación civilizada. Que el grueso de la prensa española analice la política americana como niños que aplauden en el circo a los payasos tiene que ver con la inmadurez intelectual de una izquierda que no es extraño que no tenga ideas si los que tendrían que dedicarse a pensar pierden el tiempo no más que en bobadas maniqueas y trasnochadas. Nunca podré entender el furor por ser rebaño. Cuando Trump gane y acabe en dos días con la guerra de Ucrania, ¿qué vais a hacer con el póster de Obama?